Los positivos por alcohol alcanzan el récord del último lustro

F.L.D.
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La Jefatura Provincial lo achaca al final de la pandemia y alerta de que cualquier siniestro se agrava si se circula ebrio o bajo la influencia de las drogas

Imagen de archivo de un control de la Guardia Civil en las carreteras burgalesas. - Foto: Patricia

Las diferentes campañas de concienciación y el incremento de controles en las carreteras habían logrado reducir considerablemente los positivos por alcohol al volante. Se habían incrementado, por contra, los de drogas al haber entre los conductores una sensación de impunidad por ser test mucho más selectivos. De alguna manera, se habían dado la vuelta a las tornas y las infracciones por consumo de sustancias habían sobrepasado a las del alcoholímetro. Hasta el pasado año, cuando según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico se incrementaron un 30% y marcaron récord del último lustro. 

La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil levantó el pasado año un total de 623 actas de denuncia por consumo de alcohol al volante, 149 más que en 2021. Según apunta el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, el repunte se explica de la misma forma que el incremento de la siniestralidad grave y de las velocidades medias: «Hemos salido demasiado nerviosos de la pandemia. Queríamos celebrar que ya no había restricciones y ha habido quien se ha pasado más de la cuenta». Tanto que, pese a que parecía que la sociedad tenía interiorizada la peligrosidad de beber antes de conducir, se ha producido una regresión. 

Curiosamente, el repunte en los positivos por alcoholemia contrastó con un descenso a casi la mitad de las sanciones por consumo de drogas. Fue la segunda cifra más baja, justo por encima del año 2020, con un total de 251 denuncias. Cabe recordar que antes de la pandemia las sanciones llegaron a superar a los test etílicos. 

Galán explica que este descenso está asociado a que durante el pasado año se llevaron a cabo muchos menos controles. «La Guardia Civil no pudo realizar todas las pruebas que hubiera querido porque los dispositivos estuvieron la mayor parte del tiempo o averiados o en revisión», señala. Pero esta circunstancia tiene una doble lectura, porque es muy probable que en proporción el número de positivos en relación a los exámenes realizados sea mayor. 

Esa tendencia ya la llevaban tiempo observando. Pero tras la pandemia ha surgido una cuestión que preocupa bastante en el seno de la Dirección General de Tráfico. Y es que se ha detectado que muchos de esos positivos se deben a psicofármacos o ansiolíticos. Una circunstancia que están estudiando. «A lo mejor convendría hablar con los colegios de médicos a ver si se están recetando más, porque ya han advertido de que la salud mental se ha visto afectada últimamente», concluye.