Marian Peña

Observando al Mundo

Marian Peña


Grafitis en el campo

14/09/2022

Tras el forzado encierro motivado por la pandemia, un gran número de personas salimos a la calle, ansiosas por contactar con la naturaleza. Como consecuencia de ello, y también de la crisis que nos acompaña y dificulta realizar otro tipo de 'turismo' más costoso, vemos cómo los pueblos, en vacaciones y fines de semana, se siguen llenando de visitantes y los senderos y los montes de caminantes. Así ha sido durante todo el verano y parece que así va a continuar.

Este movimiento de personas tiene sus cosas buenas, en términos económicos y de salud, pero también unas cuantas negativas, derivadas del desconocimiento de muchos de lo que es un comportamiento respetuoso con la naturaleza, el medio ambiente y los entornos rurales y quizá también de la creciente falta de conciencia y de respeto hacia los bienes de todos que tan generalizado está en las ciudades y que, al parecer, hay quien va exportando.

Llevado a ejemplos concretos, mencionar el caso de los organizadores de una carrera pedestre en nuestra provincia que marcaban el camino con dianas pintadas allí donde les venía bien, árboles, rocas o monumentos. Amonestados por el particular, no lograban comprender qué es lo que habían hecho mal. Mención aparte merecen quienes armados con espray de colores se dedican a dejar su firma allá por donde pasan, aunque se trate de sitios como la ermita medieval de Santa María de la Hoz, en Tobera, uno de los muchos lugares donde un grafitero descerebrado ha dejado testimonio en plateado y a lo grande de su indeseable paso por la zona. Comportamientos que, por desgracia, quedan impunes.

En el campo, entre otras cosas, se respetan las temporadas de cría de los animales no transitando por los espacios acotados, no se enciende una barbacoa en época de sequía y canícula, no todo es zona de baño, las papeleras son tus bolsillos y uno no hace sus necesidades en los sitios adecentados junto a los bienes de interés cultural en los que otros han trabajado con esmero para que tu visita sea más agradable. Unas cuantas normas básicas a las que todos llegamos si nos paramos a hacer una mínima reflexión y miramos un poco más allá de nuestros intereses particulares.