Entre tanto ruido distorsionador dentro y fuera de la política, se agradece un espacio para la reflexión y el diálogo pausado. La quietud es uno de los mejores aliados del análisis, como también lo son la sabiduría y la experiencia. Y qué mejor que reunir en un diálogo alejado del barro electoral a dos de los referentes más importantes de la política burgalesa, dos hombres de Estado que ahora ven los toros desde la barrera pero con los ojos clavados en el albero para salir al quite en el momento oportuno. 
Juan Carlos Aparicio y Ángel Olivares se estrechan la mano y comparten confidencias personales antes de hablar de Burgos, de su contexto actual y del mañana con el Teatro Principal como testigo. Con el pasado como simple punto de partida, advierten sobre los peligros que afectan al presente y proponen las pautas sobre las que edificar las bases del futuro.

Situación de la ciudad

Burgos está a las puertas de unas elecciones municipales decisivas que marcarán la ruta a seguir en un momento crucial por la incertidumbre y los desafíos que se plantean. Hasta el momento, la ciudad ha sorteado los avatares del destino, pero los peligros se multiplican. ¿Cuál es su diagnóstico?

Ángel Olivares. Veo las elecciones con ilusión y esperanza. Burgos ha progresado a lo largo de los últimos años y su vitalidad le ha permitido afrontar las situaciones de crisis en mejores condiciones que otras ciudades. Por otra parte, todas las campañas electorales y los procesos de renovación municipal son ilusionantes porque la ciudadanía se expresa y se manifiesta. Supone una revitalización política y social. Siempre he tenido confianza en el futuro de la ciudad y este es un buen momento para renovarla.

Juan Carlos Aparicio. Ángel (Olivares) y yo estamos de acuerdo en que Burgos tiene una mayor capacidad de resistencia ante las crisis. Es indudable porque el sector terciario tiene menos peso y eso ha dado una vitalidad económica y social muy importante en este momento. Ello no quita para que vea la situación con cierta inquietud porque me gustaría, como al resto de los burgaleses, que algunos proyectos avanzasen a mayor velocidad. Las líneas estratégicas están muy marcadas y sabemos lo que queremos. Por eso, algunos avances, no solo los referentes a las infraestructuras físicas, son importantes. Me refiero al conjunto de la vida de la ciudad. Veo las elecciones con expectación, como tantos y tantos ciudadanos, porque no me resulta indiferente la forma de gobernar, ni el estilo, ni los programas.

(La conversación íntegra en la edición impresa de Diario de Burgos o aquí)