Davalillo ahora valora seguir al frente de la Cofradía

Ó.C. / Miranda
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El presidente anunció a primeros de abril que dimitiría después de San Juan del Monte, aunque ahora se piensa su continuidad. Tras las fiestas en Miranda está «contento», pese a que admite los problemas de la carpa

Davalillo dio al bombo tras completar las tres vueltas a la plaza de España, antes del entierro en el Ebro. - Foto: Ó.C.

Miranda dijo ayer adiós a las fiestas de San Juan del Monte, en una edición marcada por las precipitaciones. Aun así, este 2024 se recordará más por la tormenta previa, la que parecía zanjada con la dimisión de la junta directiva de la Cofradía encabezada por Roberto López de Davalillo. Pero eso ahora no está claro. El responsable de la entidad que organiza la celebración abre un periodo de reflexión y anuncia que él y su equipo deben valorar qué hacer. «Tenemos que ver todo en contexto y ver qué podemos hacer  nosotros por nuestra ciudad», explica Davalillo, quien recuerda  lo sucedido en la asamblea general, un momento crítico «en el que teníamos que habernos levantado y marcharnos».

No lo hicieron «por responsabilidad», porque San Juan del Monte estaba a la vuelta de la esquina, con poco más de un mes para su inicio. Por eso, «nos teníamos que dedicar a organizar las fiestas y ahora que ya ha sucedido todo tenemos que sopesarlo y decidir qué hacemos», reitera el presidente, que tiene dos años más de mandato, y que reconoce estar «muy contento», por el desarrollo de todos los actos.

En el balance no oculta el problema de la carpa. El punto crítico se vivió el domingo, cuando el agua anegó parte de la explanada y algunas cuadrillas comieron con los pies encharcados, pese a que había algunas a las que se les buscó una alternativa para aliviar el aforo. «Es algo que me ha quitado el sueño», reconoce el presidente, quien admite que «lo de la carpa lo volvería a hacer, porque quiero que la gente de Miranda se quede aquí». En la Cofradía ensalzan todo el trabajo realizado, mucho de madrugada, y sobre la previsión aclara que «podíamos haber alquilado una carpa para una boda y camareros con esmoquin, pero eso tiene un coste y el que asumimos es diferente», en una edición en la que hay que tener en cuenta que se rechazó subir el precio del carné.

En cualquier caso, entre las cuadrillas hay enfado y «cuando pasen las fiestas nos reuniremos», avanzó Davalillo, que hará lo mismo con la empresa, aunque apuntó que también «han hecho su trabajo» (...).

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