Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


Qué resacón

24/07/2023

Ya pueden los candidatos a presidir el Gobierno hartarse de solicitar a los ciudadanos mayorías amplias para patronear nuestros designios, y los analistas augurar con solemnidad el regreso del bipartidismo, que los españoles seguimos en nuestros trece, votando lo que nos viene en gana y complicando la existencia al lucero del alba. Ejercimos ayer nuestro derecho de sufragio en plena canícula, y lo cierto es que la cosa ha acabado en una victoria justita e insuficiente del PP que enmaraña, y de qué modo, la conformación de una mayoría política en el Congreso para los próximos cuatro años. La cruzada conservadora para derogar el sanchismo no ha dado, la verdad, para tanto como se esperaba, y el resistente líder socialista podría ser incluso capaz de concitar más apoyos en el Congreso que un Núñez Feijóo que no ha terminado de responder ni a las previsiones demoscópicas ni a las expectativas que había generado entre sus correligionarios. 

Dejemos, de todos modos, que los expertos escudriñen con el debido sosiego durante los próximos días el escenario que se abre tras un domingo de votaciones que, si hay que decirlo todo, se ha atenido a parámetros similares a los que presidieron una campaña electoral degradante como pocas, en la que la mentira, lejos de penalizar a quienes la profieren, ha sido vitoreada como si de la más alta de las virtudes políticas se tratara. De nuevo un partido llamado a vertebrar el Estado ponía en tela de juicio ayer la limpieza de nuestro sistema democrático: la suspensión de la circulación de trenes de alta velocidad entre Valencia y Madrid dio pie a que algunos destacados dirigentes conservadores acusaran nada veladamente al Gobierno de perpetrar un sabotaje impío para alterar los resultados electorales, en una variante de esa delirante conspiración postal que iba a malbaratar el voto por correo.

Sea como fuere, el resacón del 23-J va a ser de los que entran pocos en quintal y ninguno en arroba, y algunos se van a pasar las vacaciones haciendo unas cuentas muy difíciles de cuadrar, apelando los unos a la supuesta legitimidad de la lista más votada, los otros intentando hacer valer su capacidad de sumar respaldos en el Parlamento. Nosotros, por el contrario, haríamos bien en aprovecharlas, porque a lo peor tenemos que volver a votar dentro de unos meses.