Me he pasado varias semanas montado en la euforia. A pesar de las muchas y graves noticias que me llegaban por doquier, me he sentido optimista, casi jubiloso. Veía el futuro color de rosa con tendencia a mejorar. Y no se trataba solo del espíritu navideño, no, sino que había algo más, un poso positivo milagroso, sobrenatural. Tardé en saber de donde procedía, pero encontré una solución razonable leyendo los periódicos, escuchando la radio y viendo las escasísimas novedades que las teles nacionales dedican a nuestra tierra. Ahí estaba la clave. Todas las afirmaciones que procedían de cargos de la Junta de Castilla y León eran mega guais, ilusionantes, como para estar sonriendo un par de siglos. Me impactaron especialmente unas palabras de Alfonso Fernández Mañueco en las que aseguraba que los hechos le «están dando la razón» tras adelantar las elecciones autonómicas y formar con Vox un gobierno de coalición. El titular de la entrevista indicaba que el presidente del Ejecutivo regional «presume de eficacia». El subtítulo añadía que Mañueco asegura que su gobierno ofrece estabilidad política a los ciudadanos. Con estas mimbres me fabriqué enseguida el cesto de la esperanza. Vi un porvenir mejor, mucho mejor que la situación actual. Las sucesivas afirmaciones del portavoz Carriedo confirmaron esa sensación. Ni un problema. Ni una autocrítica. Todo «blanco y migao», que decía mi amigo Domingo Criado. Varios delegados provinciales de la Junta, unos más contundentes, otros menos, ratificaron ese clima maravilloso. Así que me lo creí a pies juntillas. Pero los datos de la Encuesta de Población Activa vinieron a pintar el panorama de otro color. Resulta que Castilla y León fue, junto a Baleares y Canarias, la única comunidad donde creció el paro. Aquí nada menos que 7.700 desempleados más. También hemos perdido miles de activos. Se ve que la Consejería de Empleo, que dirige el ilustre demócrata Mariano Veganzones (Vox) no acaba de funcionar del todo. ¿Ha dicho algo don Mariano?, ¿han dicho algo los señores Mañueco y Carriedo? Por favor, que hablen, que mi euforia se derrite.