El arzobispo, Mario Iceta, así como la coordinadora de Acción Social y el director de Cáritas, María Gutiérrez y Jorge Simón, respectivamente, han presentado esta mañana la memoria de 2022 de Cáritas; un documento que corrobora lo que la entidad diocesana ya ha denunciado en numerosas ocasiones: que la pobreza se cronifica, se hereda y se agudiza. Así lo evidencian datos como que para hacer frente a un 5% más de familias la entidad tuviera que incrementar en un 41% el importe dedicado a las ayudas básicas (siempre en comparación con 2019, el año previo a la pandemia). En cifras, quiere decir que para dar respuesta a 6.956 familias tuvieron que desembolsar 585.000 euros.
Las causas principales de ese desembolso son el aumento de precios registrado en estos cuatro años en los gastos ordinarios: suministros, pago de la vivienda (en este caso, casi siempre alquileres), alimentación o ropa. "Hay familias, muchas, que no tienen absolutamente nada porque acaban de llegar", dijo la responsable de Acción Social, matizando que hay otros casos en los que el incremento del importe de la ayuda se debe únicamente a la inflación. De ahí que, además de urgir a que se facilite el acceso a la vivienda con alquileres sociales, Gutiérrez tomara la palabra al arzobispo, Mario Iceta, para reclamar que se faciliten los trámites administrativos para que migrantes cualificados puedan incorporarse al mercado del trabajo con más rapidez; máxime si, como ahora, se afirma que no se encuentra mano de obra. "Habría que articular una solución, porque no deja de ser una incongruencia", ha afirmado Iceta.
Gutiérrez ha señalado también que el 33% de estas familias recurrieron a la entidad diocesana por primera vez, lo cual indica que "hay renovación de las bolsas de pobreza: hay personas que abandonan la exclusión después de pasar por Cáritas pero siguen llegando otras nuevas, expulsadas por el sistema".
En materia económica, el director, Jorge Simón, comentó que la entidad invirtió 4.252.056 euros, dado que se produjo incremento en casi todos los capítulos "debido a la inflación y a la situación social de las familias". Los ingresos, en cambio, se redujeron. Sobre todo, por la merma del importe procedente de donativos, aportaciones de entidades privadas y de las parroquias. El año pasado se atribuyó este descenso a que la población se volcó con la guerra de Ucrania, pero en estos primeros seis meses se ha ratificado la disminución de ingresos.
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