Calle convivencia

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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Hosteleros de La Puebla se defienden de los ataques que les han puesto en la diana y que les acusan de ser generadores de ruido y de molestias

Rufo Burgos (La Chistera), Noelia Vegas (La Cuca) y Álex Sanmartí (Bardeblás), en La Puebla. - Foto: Luis López Araico

Son veteranos hosteleros de la noche. Y lo son en una de las calles más castizas e ilustradas del casco histórico de la ciudad: La Puebla, que atesora una larga raigambre en lo que se refiere a su sector. No son los suyos negocios al uso. Sí, son bares -esos lugares tan gratos para conversar-, pero trascienden esa categoría, que se antoja demasiado simple en sus casos: son templos de encuentro en los que late y se festeja la vida con una dimensión social y cultural, donde la convivencia y el buen rollo son la bandera que ondea en todo lo alto. Noelia Vegas (La Cuca), Álex Sanmartí (Bardeblás) y Rufo Burgos (La Chistera) están tristes y dolidos por las críticas que se han vertido recientemente sobre sus negocios, a los que se ha acusado de generar ruidos incompatibles con la coexistencia entre el vecindario y los diferentes establecimientos que jalonan esta rúa. Se sienten, también, injustamente atacados, señalados, puestos en la diana.

Una pública denuncia (exclusivamente en la prensa) les ha puesto en el foco. Y no entienden nada. «Creo que se ha exagerado la queja. La clientela que viene a estos bares es gente adulta, que no monta broncas, que no las lía, que no orina ni vomita en la calle. No hemos tenido ninguna denuncia por ruido; todos tenemos limitadores y cumplimos la normativa», explica Álex Sanmartí. Desde que se produjo la queja, cuyo origen no está aún claro (se hablaba de asociación vecinal cuando no debe existir tal colectivo), han sentido un celo policial un tanto excesivo, máxime cuando ninguno de sus locales tiene historial negativo en ningún sentido. «Se habla de una asociación vecinal, de la que nada sabemos, que nunca se ha puesto en contacto con nosotros.Y yo he querido e intentado hablar con todo el mundo, interesarme por quién puede tener algún problema o inconveniente con el ruido de La Cuca o con sus clientes, porque creo que así podemos entendernos y solucionar lo que sea que pueda estar sucediendo.Nosotros vivimos de esto y queremos que no haya ningún problema, que la convivencia sea la mejor porque nos beneficia a todos», esgrime Noelia Vegas.

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