La calle se llena de olor y sabor

B.D. / Burgos
-

A la tradicional feria de tapas en los paseos del Espolón y Sierra de Atapuerca se ha sumado este año la iniciativa de los hosteleros de sacar las barras al exterior para animar el ambiente

Las barras de la calle San Lorenzo se animaron desde primera hora de la noche. - Foto: Alberto Rodrigo

Las casetas han regresado a las fiestas de San Pedro y las tapas vuelven a ser protagonistas de las calles. Aunque de forma más reducida que años atrás, cuando la feria se repartía por  plazas y paseos del centro histórico y era uno de los principales atractivos del programa festivo. En esta ocasión han sido 16 los hosteleros burgaleses que se han sumado a la iniciativa y han instalado sus bares provisionales en el Espolón (siete) y en la Sierra de Atapuerca (nueve) con el fin de mantener una oferta gastronómica diferente vinculada a estas fechas.

Poco antes de las nueve de la noche se encendieron los fogones y los mostradores comenzaron a llenarse de clientes. Al principio muy tímidamente, pero poco a poco más animados. Las altas temperaturas (el termómetro a esa hora superaba los 24 grados) ayudaron a que los ciudadanos se quedaran por el centro tras finalizar el pregón y el lanzamiento de la bota. Grupos de amigos, familias y peñistas aprovecharon para tomarse unas cañas, unos vinos, unos cachis y unas tapas por el centro e inaugurar una feria que se ha marcado como objetivo mantener la calidad en bocados pequeños. Mucha variedad en las cocinas de las casetas con pinchos de todo tipo con precios que oscilan entre los dos y los tres euros y medio. 

Barras abarrotadas. Además, estos Sampedros, como novedad, los hosteleros han puesto en marcha una iniciativa diferente y han sacado sus barras a las calles, con lo que pretenden animar las zonas en las que están enclavados los establecimientos con música y otras actividades festivas. Esto hizo que plazas como la de Huerto del Rey, Llana de Afuera o la calle San Lorenzo registraran una elevada afluencia de público, deseoso de disfrutar de la cálida noche de comienzo de las fiestas.

Antes y después del disparo de la bomba anunciadora, las calles del centro eran un ir y venir de ciudadanos camino de las zonas de bares y restaurantes. Las terrazas de Huerto del Rey y las barras de la calle San Lorenzo estaban abarrotadas. La animación la pusieron las charangas y grupos locales.