Promoción Gitana pide una escuela inclusiva

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
-

La entidad apunta a que las bajas expectativas del profesorado sobre la evolución académica del alumnado de esta minoría y las actitudes y los comentarios racistas que aún persisten dificultan la integración

El rapero Kopoet (en el centro de la imagen) ha compuesto una canción especial para el Día del Pueblo Gitano, que interpretará con este coro de niños. El tema se estrena hoy en la sala Andén 56. - Foto: Alberto Rodrigo

La pedagoga Janire Lizárraga, responsable del área de educación de la asociación Promoción Gitana, afirma que aunque la convivencia en Burgos entre gitanos y no gitanos es, en general, buena, en la escuela sigue plenamente instalado lo que ella denomina el «antigitanismo» y el racismo ante esta minoría. «Estas actitudes están muy normalizadas en toda la sociedad, por lo que se reproduce y se difunde en todos los espacios y el colegio es uno más. Los niños de las minorías -esto es algo que está muy estudiado- son más propensos que el resto a ser víctimas del bullyng y todavía persisten desde el profesorado comentarios racistas y bajas expectativas académicas sobre la evolución de estos niños solo por el hecho de ser gitanos, lo que es un elemento que lastra su evolución». Así que frente a esta situación, que, según indica, no se denuncia demasiado porque las personas gitanas la tienen «muy normalizada», la asociación trabaja con los colegios y las familias.

Es uno de los elementos en los que la entidad quiere poner el foco hoy, Día Internacional del Pueblo Gitano, que conmemora la celebración en 1971 en un pueblo cercano a Londres (Reino Unido) del I Congreso Internacional Romaní en el que se puso de relevancia a esta comunidad como una de las víctimas del Holocausto. Promoción Gitana quiere que no se olvide el sufrimiento que padeció su pueblo pero también poner el foco en el presente. «En muchas ocasiones estos gestos y comentarios racistas no se denuncian lo suficiente, entre otras cosas, porque las familias los tienen normalizados e incluso piensan que debe ser así. Desde aquí tenemos un contacto continuo con el profesorado de los distintos colegios, al que le hemos trasladado esta situación y nos encontramos con diferentes actitudes: desde el profesor que no quiere ni tener una reunión hasta el que te participa que ha comentado al resto de sus compañeros que no se hagan comentarios racistas».

Estos ejemplos serían, explica Lizárraga, los situados en los extremos, porque lo más habitual es que los docentes no sean «conscientes de que están siendo racistas con sus bajas expectativas sobre la evolución académica de los estudiantes solo por ser gitanos aunque sean muy colaboradores en otros aspectos e incluso paternalistas porque llegan a decir que les tratan mejor y con más cariño por ser gitanos».

¿Qué aconseja la profesional para terminar con esta situación? Lo primero, escuchar y respetar. Su compañera Ana Yáñez, integradora social y responsable del Área de Mujer de Promoción Gitana añade que es imprescindible hacer una revisión personal: «Si alguien te dice que un comentario no le gusta, atiende, respeta y no vuelvas a hacerlo, es así de fácil. Son microagresiones que hacen daño a los demás y si te lo advierten tienes que dejar de cometerlas y esto, la verdad, no pasa mucho porque la gente se pone a la defensiva y, de entrada, dicen que no son racistas. Hay que aceptar y ser conscientes de que todos tenemos prejuicios, autoevaluarse e intentar revertirlos y esto no lo abordamos desde un punto de vista moral, no se trata de ser o no una buena persona, sino de darse cuenta, por ejemplo, de que tienes dos niñas gitanas en clase con las que no te esfuerzas tanto como con las otras porque inconscientemente piensas que no van a llegar a nada, lo que no quita para que las tengas mucho cariño».

(La información completa, en la edición impresa o aquí)

 

 

ARCHIVADO EN: Racismo, Burgos