Cajas apiladas, enseres tirados y bolsas de basura junto a los contenedores conforman una imagen común en la ciudad. Esta queja resuena en Miranda y los vecinos lamentan la falta de civismo de algunas personas, pero también el pésimo servicio en la recogida. La retirada «de residuos sólidos urbanos es muy deficiente», sentencian en la asociación del Casco Viejo, donde han trasladado esta crítica a la alcaldesa en su última cita. El problema también aparece en el barrio de Las Matillas, la calle Santa Lucía o en Anduva, donde los días de mercadillo resulta habitual que la zona se llene de plásticos esparcidos por el viento, expone Ignacio Gubía, quien admite que también ha transmitido la situación a los responsables municipales, sin que hayan tomado medidas por ahora.

En la calle Santa Lucía también conviven con la estampa mencionada y un vecino, Antonio José Sousa, evidencia que «es una vergüenza y este contenedor lleva así años». Está justo debajo de su casa, lo que hace que sufra olores en verano, en un punto conflictivo en el que tampoco quita culpa a los que tiran restos de mudanzas. Un poco más abajo, en la misma zona, otro residente aclara «que esto suele estar lleno, porque hay veces que tiran muebles, los vecinos no llegan y dejan su bolsa tirada», denuncia.

En Las Matillas, las quejas vinculadas a la recogida y limpieza viaria tampoco son nuevas. «Aparte de dejar enseres, cuando el contenedor se llenan se deja la basura fuera y vemos que cuando pasa el camión todo lo que está por fuera muchas veces termina por debajo del contenedor», manifiestan en la asociación vecinal, en la que exponen que notan una mayor presencia de barrenderos en las zonas principales del barrio, pero «hay calles menos transitadas que todavía se tienen descuidas», afean.

En este punto observan una dejadez que también nota el Casco Viejo. En el punto más antiguo de la ciudad afirman que hay «limpieza cero, de calles y de contenedores, porque los recogen cuando se acuerdan, aunque pasan siempre por ahí», reprochan. También suspenden al Ayuntamiento por el estado de las alcantarillas, «que están atascadas de hierba», o porque «no disponemos de punto de reciclaje de plástico y papel en muchas de las isletas», manifiestan.

La falta de civismo también influye y en Las Matillas exponen que «sería importante una campaña de concienciación». En Anduva, Gubía explica que el problema con el mercadillo también incumbe a la Policía Local, porque «o no se cumple la ordenanza o no vale para nada porque no se lleva a cabo». En este caso, el vecino recuerda que los puestos deben recoger sus desperdicios. Por eso, apilan cajas y plásticos, pero hasta que pasa la brigada «y si hay viento», el barrio se llena de desperdicios «y lo que se ha ido al río o a otras zonas eso no se recoge», zanja.