El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, pide a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que se «derogue» la protección actual que existe sobre el lobo, así como su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE), y aprobar una nueva orden que «permita» su caza «respetando los criterios medioambientales». Así, cree que se conseguirá un «equilibro que ahora no tenemos», como aseguró ayer en su visita a Cigüenza, barrio de Villarcayo donde hace apenas un mes denunciaron en este periódico que el cánido había matado a tres ovejas en pleno casco urbano.
También pidió a la ministra que «de una vez por todas se adapte la normativa a la realidad que están viviendo los ganaderos en el medio rural», ya que considera que el lobo se trata de una especie que «cada vez se está multiplicando más y cada vez tenemos menos ganaderos en nuestras comarcas». El vicepresidente, que acudió al municipio burgalés acompañado del viceportavoz de Vox en las Cortes, Iñaki Sicilia, lamentó que los ataques de lobo son un «goteo que sucede constantemente» debido a la «hipocresía, el error y la insistencia en cierto fanatismo ideológico que tienen algunas élites que gobiernan las instituciones europeas».
Celebró que desde la Junta de Castilla y León se haya «modificado el criterio sobre cuál debe ser la protección del lobo a nivel comunitario», algo que venían reclamando desde el principio del mandato. Mientras, recordó que el año pasado se actualizó el censo de poblaciones de lobo en Castilla y León, así como la unión con Cantabria, Galicia y Asturias para «hacer un frente común en defensa de la realidad, el sentido común y los intereses del campo y los ganaderos». El vicepresidente autonómico insistió en que se debe imponer un criterio «de realismo y de pragmatismo frente al animalismo y mascotismo» que está rigiendo en el Gobierno de España, que pide que se imponga el «sentido común».
Trasladó el «compromiso total» de su Gobierno con el medio rural, que ha sido «olvidado» durante muchos años. «Podemos dar ayudas económicas a la incorporación de jóvenes al medio rural, pero si las actividades no son rentables de manera sostenida, estos no van a querer y se van a seguir vaciando nuestros pueblos», afirmó. Así, habló de que una de las necesidades pasa por controlar al lobo. «No queremos que se vuelva a la situación de principios del siglo pasado, donde la especie estuvo amenazada, pero lo que tampoco queremos es acabar como ahora, que la población realmente amenazada es la de los ganaderos», sentenció.
Ataques en Cigüenza. Como informó Diario de Burgos el pasado 25 de noviembre, en la comarca de Las Merindades se ha convertido en un verdadero problema la presencia del lobo y cada vez más voces se unen para defender la «insostenible» situación. En Cigüenza aseguraban que el cánido se había metido en el casco urbano y había matado tres ovejas. Arturo Troitiño decía que empezaba «a ser una cosa normal» ver al animal por las fincas cercanas y que la cantidad de ejemplares que hay genera que no les quede más remedio que bajar a los pueblos en busca de alimento.
También desde Espinosa de los Monteros denunciaron a principios de noviembre la continua presencia del lobo por las calles. «Por las noches campa a sus anchas», aseguraba Andoni de Linaza, vecino de la localidad, después de otro ataque a la ganadería.