El milagro del pleno empleo

ROBERTO E. MAESTRO / Zael
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Ninguno de los 116 empadronados en Zael está sin trabajo, situación que se replica en otros municipios de la provincia en los que el campo y la ganadería son ocupaciones que sí seducen a los más jóvenes

La mayoría de las familias en Zael se dedican al sector agrario y para los jóvenes que se quieren quedar supone una gran oportunidad de empleo. - Foto: Alberto Rodrigo

Desde que nació ha vivido en el pueblo y ahora de aquí no le mueve nadie. Enrique Rojo siempre ha tenido claro que quería dedicarse a la agricultura y a sus 19 años se acaba de incorporar de forma oficial al sector. «Hasta ahora he estado ayudando a mi padre y continuaré con esta tradición y con el legado familiar, es lo que he vivido siempre y me ha gustado desde pequeño», asegura este joven. En Zael, en plena comarca del Arlanza, el campo se alza como la principal fuente de ingresos de sus habitantes y se convierte en la envidia de cualquier municipio al tratarse de un oasis donde no hay nadie en paro. Ningún vecino en edad de trabajar se encuentra en estos momentos en búsqueda de empleo.

«Aquí hay mucha libertad, es una vida con menos estrés y menos prisas, aquí puedes disfrutar de la vida», argumenta Enrique sobre las ventajas de vivir en Zael. Destaca que están muy bien comunicados, lo tienen todo a mano y anima a que más jóvenes den el paso de quedarse a vivir en los pueblos. En el día a día tampoco son demasiados de su grupo y tienen que esperar a que llegue el fin de semana para juntarse todos, aunque también están los amigos de la comarca. Alejandro Camarero, de 23 años, se trasladó hace tres años y ha encontrado también un empleo. «Trabajo de tractorista en una finca a tres kilómetros y en mi tiempo libre también ayudo en la explotación agrícola familiar», resume. Estudió para dedicarse a la industria, pero pronto se dio cuenta de que le gustaba más «estar al aire libre y en el campo» y decidió trasladarse a vivir al pueblo con su abuelo.

Me vine hace tres años y estoy en ayuda a domicilio. Valoro la tranquilidad de entre semana y que el fin de semana están todos"
Leire Illera, auxiliar de Enfermería, de 28 años

Estos jóvenes demuestran que sí existen oportunidades para quedarse en el medio rural, aunque bien es cierto que la inmensa mayoría de esas ofertas laborales se centran en el mundo de la agricultura y de la ganadería. Hay muy pocas opciones para aquellos que optan por otras salidas laborales si no se trata de emprender o montar un negocio propio, como así ocurre por toda la provincia. Pero quien quiere quedarse sí o sí acaba encontrando otras alternativas, como en el caso de Leire Illera, de 28 años. Ella no procede de Zael, pero aquí encontró el amor y se trasladó hace ya tres años. Estudió para ser auxiliar de enfermería, ahora ejerce de ello por esta zona del Arlanza y se muestra de lo más feliz.

La mayoría de las familias en Zael se dedican al sector agrario y para los jóvenes que se quieren quedar supone una gran oportunidad de empleo. La mayoría de las familias en Zael se dedican al sector agrario y para los jóvenes que se quieren quedar supone una gran oportunidad de empleo. - Foto: Alberto Rodrigo

«Trabajo en todos los pueblos de alrededor en ayuda a domicilio, me desplazo con mi coche todas las jornadas y el día a día es bastante tranquilo aquí», dice Leire, que se muestra encantada en Zael. Tampoco ha notado tanto el cambio de la ciudad al pueblo, ya que la mayor parte de la jornada está trabajando y valora esa combinación de la «tranquilidad» de lunes a viernes con el jaleo cuando llegan todos sus amigos el fin de semana. «Me gustan mucho los animales y aquí encuentro una gran libertad en ese sentido, en la ciudad tener un perro es un sacrificio y aquí es lo mejor, yo tengo hasta gallinas y un caballo», afirma sobre las ventajas de vivir y trabajar en el medio rural.

La alcaldesa de la localidad, Ana Isabel Angulo, reconoce que el sector primario resulta esencial en este punto de la provincia burgalesa y cree que ahí se encuentra una de las principales razones para no contar con ningún vecino en paro entre sus 116 empadronados, según los datos recopilados por la Diputación de Burgos del año 2023. Entre los habitantes también hay muchos que ya están jubilados y que ahora residen allí, de ahí que una buena parte de la población tampoco se encuentre en busca de empleo. Cuentan con el bar abierto, mientras que el carnicero, el pescadero o el panadero se desplazan aquí a vender sus productos. Además, tienen la ventaja de tener Lerma a tan solo 12 kilómetros.

Estudié para dedicarme a la industria, pero me gusta el campo, encontré un empleo y me vine a vivir con mi abuelo"
Alejandro Camarero, agricultor, de 23 años

¿Y cómo se vive en un pueblo sin paro? Pues tampoco hay muchas novedades con el día a día del resto de pueblos, asegura la regidora. «Los miércoles vamos al mercadillo de Lerma, tenemos nuestras gallinas y la huerta, y además está la gran ventaja de poder dar eternos paseos con aire puro», desarrolla. Y así se entretienen en los ratos libres, a la espera de que con el calor se note más ajetreo en las calles. «A partir de Semana Santa ya va llegando más gente y se van abriendo poco a poco las casas», avanza.

Sin embargo, pese a encontrarse en el listado de las localidades sin paro, algunos vecinos reconocen que echan de menos que existan más oportunidades laborales. Así lo expresa Míriam Carpintero, de 29 años, que se declara una apasionada de Zael. «Soy maestra y trabajo en Burgos, porque encontrar de lo mío aquí resulta bastante complicado, entonces me tuve que buscar la vida en la ciudad y estoy en una guardería y en madrugadores», explica. «En cuanto salgo me vengo rápido al pueblo, ya que es donde estoy más a gusto, mis amigos están aquí y todos los fines de semana nos juntamos», resume. En ese mismo sentido, la alcaldesa considera que desde las administraciones se debería impulsar la llegada de jóvenes y ponerles más facilidades para que se queden a vivir, ya que al final ellos «son el futuro» y en su caso tienen la suerte de que unos cuantos han apostado por instalarse.

Soy maestre y trabajo en Burgos, ya que encontrar de lo mío aquí es muy difícil... Eso sí, en cuanto salgo, me vengo rápido"
Míriam Carpintero, maestra de Infantil (en Burgos), de 29 años

Los mayores también se dedican fundamentalmente al mundo agrícola. «Tampoco sé muy bien cómo explicar que no haya nada de paro aquí, jóvenes que estén todo el año hay muy pocos y la mayoría nos dedicamos a la agricultura de toda la vida, antes en la misma explotación podían trabajar varias personas y ahora solo es para uno», comenta Resu Fernández, agricultora que se ha podido instalar definitivamente en Zael ahora que sus hijos son mayores. «Vivir aquí es lo mejor, aunque somos poca gente, la paz que tenemos no la hay en Burgos y contamos con un montón de actividades», afirma. En la capital reside Carlos Cid, aunque reconoce que en cuanto puede acude al pueblo con los niños. «La gran ventaja que le veo es que estamos bien comunicados y al lado de Lerma, que allí también hay trabajo; yo me venía aquí de cabeza, pero tengo la vida un poco hecha ya en Burgos», manifiesta.

Tener jóvenes también significa que haya más vida, ya que en este caso también se encargan organizar actividades, como las paelladas que logran reunir a más de 130 personas. «No sabemos de dónde sale tanta gente», bromean. Lo que parece claro es que con empleo hay futuro para los pueblos.

El paro por municipios. De los pueblos burgaleses que cuentan con más de un centenar de habitantes solo se encuentran sin parados Zael y Quintanilla del Agua y Tordueles. Al bajar los habitantes también se reduce la cantidad de parados, pero entre aquellos que tienen más de 70 empadronados y ninguno en busca de empleo también se encuentran Las Hormazas, Palazuelos de la Sierra, Espinosa de Cervera y Santibáñez del Val.

Siempre he vivido en el pueblo y ahora me he incorporado como agricultor para continuar con el legado familiar"
Enrique Rojo, agricultor, de 19 años

Entre las localidades de la provincia más grandes destacan Villadiego y Merindad de Río Ubierna como las que cuentan con un menos número de personas en paro, ya que solo tienen 50. Según los datos que maneja la Diputación, en Briviesca la cifra de parados en 2023 fue del 13,5%, en Medina de Pomar se quedó en un 7,7%, en Valle de Mena se situó en un 6,1% y en Villarcayo ascendió al 8,6%.

En algunos puntos del Alfoz de Burgos, como Villagonzalo Pedernales, con 89 parados, o Arcos de la Llana, con 76, tienen unas cifras muy bajas, probablemente debido a la juventud de múltiples familias que residen allí y a que, en la mayoría de los casos, se desplazan a trabajar hasta la capital burgalesa.