«Después de las fiestas me tengo que plantear muchas cosas»

ARSENIO BESGA / Miranda
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ENTREVISTA | Roberto López de Davalillo se muestra «enfadado» y «decepcionado» por la falta de «apoyos» tras apenas unos meses como presidente de la Cofradía San Juan del Monte

Roberto López de Davalillo, presidente de la Cofradía San Juan del Monte. - Foto: A.B.

Tras unos meses como presidente de la Cofradía de San Juan del Monte, Roberto López de Davalillo se muestra «enfadado» y «decepcionado» por la falta de «apoyos» que ha padecido. De hecho, avisa de que él no es de los que «tiran la toalla» pero «después de las fiestas» que arrancan en apenas dos semanas se debe «plantear muchas cosas». Además, asegura que ha detectado que mucha gente tiene «ideas» y le parece «algo extraordinario», por lo que invita a los mirandeses a «dar un paso al frente».

¿Cómo ha vivido estos primeros meses al frente de la Cofradía?
Con mucha incertidumbre, porque somos muy nuevos. Parece que se nos olvida que somos tan nuevos y,  viendo que hay tanta gente en Miranda con ideas, tienen la puerta de la Cofradía abierta. No he encontrado el apoyo que esperaba.

¿Le ha sorprendido lo que implica estar en este cargo?
Se les ha olvidado que estamos aquí circunstancialmente porque no había nadie y no hemos recibido ese apoyo, pero sí muchas críticas a quienes somos muy nuevos. Ahora, por ejemplo, con el tema de la alubiada, que ha ocurrido por circunstancias totalmente ajenas a la Cofradía, hemos tenido que reaccionar cogiendo una carpa junto al Ayuntamiento y está claro que nunca contentas a todos. Pero si contentas a un 20%, como decía Benito Pobes, lo has hecho bien.

Eso ocurre en todos los ámbitos.
Es verdad, pero aquí hay más sentimiento y hay muchos egos, cuando no debe ser así. Aquí estamos para trabajar, nos dan todos los días las doce de la noche. Criticar es fácil y tienen que saber que tienen la puerta abierta para aportar, o hasta coger la Cofradía si quieren. Normalmente, el que se equivoca es el que hace cosas, criticar es lo más sencillo del mundo.

¿Por qué han encontrado tantas trabas para organizar la alubiada?
Leí que los trabajadores denunciaban la situación y me pareció muy fuerte, porque decían que habían pillado a gente drogándose. El otro día tuvimos una reunión sobre las cuestiones técnicas y, al terminar, nos dijeron que el aforo solo llegaba a 100 personas. La alubiada me preocupaba, pero se podía suspender. En cambio, la comida del domingo, que son 5.000 personas, era un gran problema. Porque el objetivo de esta directiva siempre ha sido que la gente se pueda quedar en Miranda y que consuma aquí. Le dimos vueltas, miramos espacios públicos, y aunque ha sido un poco tarde, hemos escogido la carpa. Ha sido una emergencia y vale un dineral, pero la hemos conseguido a un precio extraordinario y la empresa ha mostrado total disposición. Y en este caso, en lugar de encontrar comprensión, solo encuentras palos en la rueda. Claro que nos equivocamos, pero las circunstancias han sido estas y hemos intentado solventarlas.

Viendo que hay tanta gente con ideas, tienen la puerta abierta» 

¿Qué supuso para la Cofradía que el informe llegara tan tarde?
Era algo que estaba resuelto, se habían sorteado los lugares a las cuadrillas. Incluso, teníamos el orden de los autobuses y los horarios.Estaba todo organizado para que pudieran llegar también al bombazo, a  la concentración de charangas y al desfile. Supuso una vuelta a empezar, aunque el resultado creo que es positivo porque estás cerca de Miranda y es bueno para la ciudad. Entiendo que a alguien le trastocará los planes, pero se ha hecho por el bien común y deprisa y corriendo, porque había 5.000 personas que no sabíamos dónde iban a comer. El fin de semana pasado no pegué ojo y luego me pareció que mucha gente entendió la situación. El resto, saben que tienen la puerta abierta, insisto. Algunas cosas marcan un antes y un después, porque no es agradable que tomes una medida de emergencia y la gente no se lo tome bien. Con el cambio del pregón, habrá opiniones diferentes y es normal, pero en una emergencia fastidia un poco.

¿Cómo ha sido el trato con el Ayuntamiento?
Extraordinario. En la reunión técnica nos trasladaron el informe, pero el trato fue bueno y nos han echado una mano. Hemos buscado la viabilidad aunque, como todo, se soluciona con dinero. El Ayuntamiento ha estado muy bien porque se ha prestado a colaborar y gracias a eso vamos a montar una carpa gigante. Va a estar muy bien, porque San Juan del Monte se trata de juntarse y allí va a haber ambiente.

También ha tratado mucho con la hostelería. ¿Qué ha pasado?
A mí me gusta convencer, no imponer. Mi modelo era hacer un flujo de gente desde la calle El Cid hasta la zona de la Cofradía y luego al Casco Viejo. Me he encontrado con un egoísmo exacerbado y de ahí vienen los enfrentamientos posteriores. Se ve que los hosteleros no tienen otra cosa mejor que hacer que presentar en sede electrónica una serie de actos. Tal y como está la ley, igual se tiran piedras sobre su propio tejado, pero han decidido hacerlo así. La Cofradía hará sus fiestas y la hostelería, que está íntimamente ligada a la Cofradía, ha decidido hacer otra cosa.

¿Repetiría esa ronda de contactos?
Volvería a intentar convencerles para hacer algo bonito por Miranda, que haya un flujo de gente y que se vea que hay fiesta en la calle. No me parece adecuado un modelo con un DJ cada 20 metros, porque el mayor gasto para una cuadrilla es la charanga y con este sistema se tienen que ir del centro por el ruido que hay. Había que regularlo un poco, pero no ha podido ser. No pasa nada.
Cada uno tiene su relato, pero la Cofradía no ha podido negociar nada.  Queríamos poner aquí la verbena, ellos querían aquí sus espectáculos y tuvimos que llevar la verbena al Casco Viejo. No ha sido una negociación, ha sido una imposición. Por ejemplo, que se intente hacer la mayor concentración de charangas en el parque, con Chuchi Solabarrieta, y a esa misma hora hagan un contraprograma los hosteleros para hacer lo mismo. Es algo un poco feo. El primer día les dije que es San Juan del Monte, no Santa Marta, la patrona de la hostelería. Igual en los últimos cinco años habían hecho lo que querían, pero meterlo por sede electrónica es un gesto feo. No es nuestro estilo, la Cofradía no está en esa línea.

Se les olvida que estamos aquí porque no había nadie y no hemos recibido apoyo»

Los hosteleros decían que no tenían muy claro el programa festivo...
Ha sido el primer año en el que la Cofradía no organiza todos los años. Habrá muchos modelos, en función de la junta directiva, pero que sea la hostelería la que da 'permiso' es la primera vez que pasa. Por eso decía que lo veo con enfado, decepción, con pesadumbre... Luego nos daremos golpes en el pecho diciendo que somos sanjuaneros de pro.

¿Con esta forma de solicitar los permisos se sienta un precedente?
En los últimos años se ha seguido ese modelo y por eso hay un enfrentamiento.Queríamos regularlo, poner barras en la calle para que la gente estuviera en la calle en un sitio u otro. Pero son las fiestas de todos los mirandeses, no de cinco o seis. Eso buscábamos, dar ambiente a la calle. Ellos tienen otro punto de vista, que es lícito, deben rentabilizar su negocio.

¿Quedan puentes tendidos?
Se lo dije, en la guerra no hay nada más que muertos. Siempre es mejor un mal acuerdo que un buen juicio. Pero es que luego estamos hablando de diez establecimientos, cuando hay una asociación que representa a sesenta y en la ciudad hay 200. Vemos que hay unos intereses particulares y considero que no se han portado bien.Pueden decir lo que quieran, pero teniendo paciencia se solucionan las cosas. Parece que se olvida que aquí no cobramos ni un duro, trabajamos por unas fiestas que nos encantan.

Al menos sí se ha materializado la colaboración con comercios o entidades como Ebrovisión.
Hemos encontrado muchas puertas abiertas. Por ejemplo, los del Santo arreglaron la barandilla en la gruta del ermitaño y los comercios nos ofrecen su colaboración. Somos muy nuevos, somos gente inexperta. Nuestro conocimiento era del mostrador hacia atrás, como cofrades. Nos decían que nos iban a echar una mano y, al final, encuentras más intereses que otra cosa. También hay muchos egos... Eso hay que conjugarlo y sacar unas fiestas. Pero, aun con todo, nos hemos encontrado a mucha gente dispuesta a colaborar. Cuando entran otros intereses se enrarecen las cosas, pero en un ambiente festivo fluye mejor.

Me he encontrado con un egoísmo exacerbado y de ahí vienen los enfrentamientos con la hostelería» 

¿Ha alcanzado una simbiosis con las cuadrillas como pretendía?
Quería hacer una representación de las cuadrillas en una comisión específica, pero estamos tan atropellados, al ser nuevos, que no hemos podido. Nos cuesta mucho, al estar menos rodados. El primer año sabía que íbamos a tener que trabajar, pero son muchísimas cosas. 

¿Cómo va la campaña de socios?
Hay cuadrillas que te engañan. El otro día me encontré a una persona que paga la cuota de mantenimiento y me decía que, como no iba a salir, no le daban pulsera. El carné son siete euros. No engañan a la Cofradía, se engañan a ellos mismos.

El año pasado se superaron los 10.000 socios. ¿A cuántos llegarán?
Creo que vamos a aumentar, soy optimista. Hemos habilitado la página web para que se hagan socios online. Entiendo que en una asociación que cuesta mil euros pueda desequilibrar la economía de una familia, pero no creo que por pagar 30 euros de cuota de mantenimiento en la cuadrilla no puedas pagar los siete euros de la Cofradía. Entiendo todas las circunstancias, pero no ser cofrade se me hace raro, porque si no estás orgulloso de lo tuyo es imposible vender bien la ciudad.

¿Ahí esta el reto, en impulsar ese sentimiento al que apela?
La gran mayoría de los mirandeses tiene ese sentimiento. Siete euros es una cuota ridícula, y tienen entradas para Ebrovisión o descuentos en muchos sitos, que hacen que el carné te salga gratis. Pero yo no puedo soportar que se saquen el carné y pregunten qué les damos.

No me parece adecuado que haya un DJ cada 20 metros. Con este sistema las charangas se tienen que ir del centro» 

¿Cómo se puede transmitir ese sentimiento a quien no lo tiene?
Viene inculcado de casa. Es como la educación, vas al colegio a aprender Conocimiento del Medio, pero la educación la traes de casa. El sentimiento también y, sobre todo, en San Juan del Monte. El Mirandés y estas fiestas son las dos cosas que tenemos y nos apasionan, nos dan sentimiento de pertenencia y sirven para exportar o vender el pueblo.

¿Cómo serán las fiestas?
Maravillosas, son unas fiestas de las cuadrillas. La Cofradía hace cuatro cositas, como la alubiada, la verbena o la marcha ciclista. Es algo de todos, es la fecha en la que tenemos que hacer algo por nuestro pueblo.

¿Cómo las vivirá usted?
Cuando era delegado del Mirandés a veces iba con el traje y el pañuelo, porque para mí San Juan del Monte es un sentimiento. Este año lo viviré con mucha responsabilidad y un poco de miedo de que algo pueda salir mal, pero sobre todo con ilusión de que los mirandeses se lo puedan pasar bien, que es el objetivo.

Tendrá muy cerca a los Sanjuaneros. ¿Cuántos candidatos hay?
Estoy sorprendido porque ha habido muchos en infantiles y en adultos. Ver a un niño que viene a la Cofradía y quiere ser Sanjuanero de su ciudad me genera mucha ilusión, me parece que no hay nada más bonito.

«El Mirandés y estas fiestas son las dos cosas que tenemos y nos apasionan, nos dan sentimiento de pertenencia»

Esa ilusión le dará fuerzas. ¿Tenemos presidente para rato?
No suelo ser de tirar la toalla, pero después de fiestas me tengo que plantear muchas cosas, por lo que he visto, lo que he detectado. Ahora  mi cabeza solo está en San Juan de este año. Después, habrá tiempo para reflexionar, pero estoy animado porque veo a tanta gente con ideas que me parece algo extraordinario.Esa gente debe dar un paso al frente.