Es casi seguro que a Luis Mayoral le parecerá excesivo que en este texto se afirme que nadie en esta ciudad tiene la capacidad de representar a un colectivo como él lo hace con Down Burgos; hablar de la entidad social es referirse a Mayoral, socio fundador y gerente durante 37 de sus 38 años, hasta que hace unos meses pasó el testigo. Pero, incluso jubilado, sigue desbrozando el camino hacia la inclusión real de las personas con discapacidad y así se constató ayer: el director de Sonorama, Javier Ajenjo, afirmó, ante decenas de personas, que acababa de comprender que su equipo tiene que contar con talento 'down' y que si eso va a suceder será por insistencia de Luis Mayoral. Por esa y otras razones, el ya exgerente fue ovacionado largamente, en una muestra de reconocimiento a su trabajo y, por ende, al de la asociación a la que siempre representará.
El premio especial a Mayoral fue el último de los entregados ayer por la tarde en la gala en la que Down Burgos agradece el apoyo de los integrantes de su Club de Empresarios, que ha facilitado que 15 de sus jóvenes tengan trabajo. «Son decenas y decenas de empresarios que ya son amigos y que entienden lo que debe ser una empresa», dijo Mayoral, aludiendo a su potencial como generadores de empleo y de oportunidades de desarrollo para todas las personas, con independencia de sus condiciones.
La gala, que rondó las dos horas, fue conducida por la directora de informativos de La 8 Burgos, Lydia Sainz-Maza, y amenizada por los cantantes Lylo y Mario Andreu. La estructura siguió el guion habitual, por lo que primero hubo reconocimientos para las instituciones y empresas que cuentan con jóvenes con síndrome de Down en sus plantillas: Ayuntamiento y Diputación de Burgos, Burger King, CaixaBank, Carrefour, FAE, Grupo Cropu, Grupo De Santiago Automoción, Landa Palace, Inmobiliaria San Pablo, Obramat, TelePizza y el trío conformado por la UBU, la farmacéutica Glaxo Smithkline y Fundación Adecco, que colaboran en la promoción de la formación y el empleo mediante becas de formación. No hubo sorpresas en este tramo: el cien por cien de los galardonados agradecieron haber tenido la oportunidad de contar con estos empleados únicos y varios de ellos hicieron un llamamiento para que cunda el ejemplo.
La segunda parte de la gala se abrió con la entrega del premio al Apoyo Continuado, que recibió el grupo Inverbur. Su director de Recursos Humanos, Juan Luis Olmedillo, aprovechó el momento para defender el valor de la singularidad del ser humano. «Ninguna inteligencia artificial ni ninguna máquina podrá replicar jamás la empatía humana», dijo, antes de destacar que «la verdadera inteligencia reside en la inclusión».
A continuación fue el momento de Javier Ajenjo, director de Sonorama, quien admitió estar «abrumado y sorprendido» por lo que había visto a lo largo de la tarde en el claustro del hotel NH. «Pensé que no podía tener un equipo mejor y me doy cuenta de que sí, que este año hemos de tener a parte de este equipo con nosotros porque es lo que nos falta para tener el mejor del mundo», sentenció.
Radio Castilla obtuvo otro de los premios especiales -por su 90 aniversario y por el apoyo a la entidad- y sus representantes, conscientes de la hora, fueron muy escuetos. El director de Contenidos, Pedro Sedano, afirmó que «ojalá que no hubiera que hacer estas galas tan a menudo, porque sería una buena señal» y la responsable de Hoy por hoy Burgos, Rosalía Santaolalla destacó lo «inusual de que se premie a un medio por hacer su trabajo: reflejar la pluralidad de la sociedad».
También rápido fue el futbolista Juan Mata, quien envió un vídeo desde Japón para dar «la enhorabuena a la asociación y agradecer todo el trabajo que hacéis». Dejó abierta la puerta a venir: «A ver si nos conocemos pronto».
El broche lo puso el premio a Luis Mayoral, quien definió su trayectoria de 37 años con dos palabras: «Derechos y recursos». Compartió su premio con su familia, responsable de su trayectoria profesional, que también es vital, y con todas las personas con síndrome de Down: «He crecido con ellas, las he visto ampliar su esfera de actividad y conseguir sus objetivos, poco a poco. Con esfuerzo. Y así no solo se les coge cariño, sino admiración». Pues eso, una ovación.