Entre los 3,2 millones de metros cuadrados que tendrá el futuro CAE (Centro de Actividades Económicas) hay 200.000 que componen una isla -separada del resto de los terrenos (ver mapa)- junto a la Aduana y el Centro de Transportes de Burgos. Su utilidad en ese enclave resulta primordial por dos motivos. El primero, porque se trata de «una reserva de suelo» situada en un lugar estratégico «para la instalación de empresas logísticas» junto a la terminal intermodal de Villafría. De hecho, acaba de estrenarse allí la ampliación de la Aduana -220.000 metros más- que espera la llegada de compañías especializadas en el transporte de mercancías. La otra razón es que junto a ese 'pequeño' sector del futuro CAE está contemplado el alargamiento de las vías a 750 metros y la paralela ampliación de la playa de carga y descarga de contenedores. De manera que se trata de un emplazamiento ideal para empresas logísticas.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) tenía previsto sacar a concurso la redacción del proyecto constructivo para la prolongación de dos vías en la terminal de Villafría en diciembre de 2022, pero todavía no lo ha hecho. Han transcurrido ya seis meses desde esa fecha y aún se están ultimando los pliegos para poder iniciar los procedimientos administrativos previos a la licitación.

En estos momentos el Puerto Seco, por su diseño y funcionalidad, tiene capacidad para recibir y expedir trenes de hasta 740 metros en sus vías de instalación técnica. Sin embargo, en las de carga y descarga de vagones -el principal motor de Villafría- las composiciones no pueden exceder de los 400 metros. Es por ello que el Centro de Transportes Aduana de Burgos (Cetabsa) requirió al Adif la prolongación de la estructura ferroviaria para, de este modo, ampliar su capacidad operativa del puerto seco.

En una primera intentona, el organismo estatal denegó su propuesta. No obstante, a la segunda fue la vencida y la entidad que dirige Gonzalo Ansótegui logró hacerse con la suya. De este modo, se ampliarán las vías 9 y 10: de los 500 y 400 metros actuales se pasará a los 600 y 550 respectivamente, todo un salto que permitirá un avance en materia logística.

La extensión de los ramales permitirá optimizar más cada servicio que llega o parte desde Burgos hacia cualquier otro territorio, multiplicando el envío de contenedores al poder albergar las instalaciones trenes de mayor envergadura.