«Sentía que cada día que tenía era un regalo»

Ó.C. / Burgos
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El mirandés Alejandro López de Silanes, conocido como Locuras, destaca la fuerza mental para ganar 'El Conquistador del Caribe', donde también fue el favorito del público

Alejandro López de Silanes, en el momento en el que se anuncia que también el fue favorito del público en la pasada edición de El Conquis. - Foto: DB

La resaca después de ganar El Conquistador del Caribe no ha desaparecido, sobre todo por las consecuencias de llevarse la ikurriña. La audiencia también le reconoció como el favorito del público y consiguió el récord de duelos del concurso de supervivencia de la ETB. Pero más allá de todo eso, el mirandés Alejandro López de Silanes, conocido comoLocuras, habla con pasión de una experiencia única, que retendrá en su memoria de por vida. El cariño de la gente y las amistades fraguadas entre las penurias del programa, también las guarda en la mochila en la que conservará con cariño su arma secreta para vencer en El Conquis, que no es otra que su fuerza mental con la que «sentía que cada día que tenía era un regalo», revela.

También meterá los momentos buenos, que no son pocos, «porque a pesar de toda la dureza pude disfrutar», matiza después de meses alejado de los mosquitos del Caribe. El protagonista aclara que «la final se hizo el año pasado, por lo que el hecho de ganar sí que lo tenía asimilado», otra cosa diferente es lo que rodea al premio recibido.

De alguna manera, admite que no era consciente del terremoto de repercusiones que le venía por delante, porque ganar un programa con 19 ediciones a sus espaldas implica que de pronto tu cara deja de ser anónima y todo el mundo sabe quién es Locuras. A eso, sumó ver la emoción de su familia, los amigos, la ciudad y también lo comprobó en las redes sociales, donde el apoyo «sí que ha sido de locos», define el mirandés, que reconoce que «me sorprendió muchísimo y es algo de lo que estoy muy agradecido». Ese respaldo puede cuantificarse, ya que en la votación por ser el favorito del público logró 32.000 votos, cuando la segunda sumó 9.000.

Durante los seis meses de emisión, Locuras mantuvo el secreto. «Mi gente más cercana sí que podía hacerse una idea de hasta dónde había llegado por las fechas, aunque el resultado no lo sabía nadie», sostiene. Además, apunta que no fue muy complicado mantener la boca cerrada, «porque pensé que lo tenían que disfrutar» y así fue. Del paso del concurso se lleva lo bueno, pero también muescas de la dureza del programa y los cinco días que estuvo sin comer.

No solo apunta el hambre, el frío o las pruebas físicas. «Es más duro de lo que parece, porque hay muchos ratos muertos y desplazamientos en los que a medio camino empieza a llover a mares y te tienes que dar la vuelta», recuerda, aunque tiene claro que el antídoto contra todo eso era un pensamiento claro de vivir la aventura como un regalo, «y luchar en las pruebas, porque así me quedaba un día más», añade.

Por eso, ratifica lo que decía en el concurso. «El 90% es la mente», ensalza, por lo que tuvo que mantener la cabeza fuerte, porque pronto recibió las miradas de los contrarios. El primer día «subiendo por unas rocas», ya mostró sus cualidades y en la primera prueba en la que ganó su equipo «se cayeron de culo, porque subí tan rápido que casi no pilla la imagen ni el cámara», bromea. 

Su fortaleza y su predisposición en El Conquis le ha permitido ganar, pero también tenía que tener una parte física sin la que resultaría imposible su hazaña. «Hay gente que me dice que es como un don», afirma Locuras, que metió en la coctelera esa cualidad, su mente y las ganas de ganar y lo consiguió.

La victoria llegó en una prueba en la que tuvo que recibir asistencia médica, aunque tirar la toalla no era una opción. «No pensé en retirarme», mantiene Locuras, que recuerda que «pedí un café a ver caía algo caliente pero no funcionó». Pese a toda la dificultad, el vencedor demostró que también tenía picardía, «porque en ese momento éramos rivales y había que ir a por todas», puntualiza el mirandés, que tocó la gloria cuando pudo levantar la ikurriña del vencedor.

Una boda y un deseo. La victoria vino acompañado de una pedida de mano a su novia, por lo que de alguna manera, la resaca de haber ganado El Conquis continuará al menos hasta que se den el sí quiero en 2025, «porque nos lo vamos a tomar con calma», adelanta el joven que cumplió el objetivo de ir al programa de sus sueños y además logró ganarlo. 

Con sus méritos, admite que dibuja otros retos en su mente y reconoce que fantasea con poder continuar en el programa de alguna manera. El último que acaparó la victoria y el reconocimiento del público tuvo ese premio, por lo que ahora garantiza que tiene el teléfono encendido, porque «si ahora me llaman para poder ir de capitán iría con los ojos cerrados», promete el conquistador.

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