Viaje a la cara oculta de la Catedral de Burgos

A.S.R.
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El arquitecto burgalés Víctor Jorgensen Mínguez explora los espacios invisibles y ofrece una nueva mirada del templo a partir de escaneados láser, fotogrametrías y recreaciones de estos lugares que se hacen por primera vez

Viaje a la cara oculta de la Catedral de Burgos - Foto: Víctor Jorgensen Mínguez.

La fascinación que siempre le había producido la Catedral cuando la veía desde la ventana de su clase en el Colegio Saldaña acabó por decidir a Víctor Jorgensen Mínguez a realizar su proyecto de fin de grado en Arquitectura sobre el templo gótico. Mientras atendía la lección del profesor su cabeza se preguntaba qué había detrás de esas agujas, cómo se mantenían en el aire... Esa parte emocional pesó mucho a la hora de dedicar a la basílica, que además cumplía 800 años, este trabajo al que se ha enfrentado como un explorador que se sumerge en un mundo invisible y tiene la oportunidad de desvelar los secretos mejor guardados de este monumento. Su cara oculta. 

Primero, realizó una investigación para acotar el tema de estudio. Trasteó por internet y encontró una fotografía en blanco y negro del interior de las agujas de Juan de Colonia, con la escalera de caracol que conduce hacia la cúspide, y decidió que esos espacios eran los que quería descubrir. Esa misión obligaba a adentrarse en ellos. «Ese era el misterio. Se trata de un sitio muy solemne, muy sagrado, en el que poca gente puede entrar. Esa magia se perdería si fueran lugares abiertos». Llamó a las puertas del Cabildo y, con su proyecto detallado, sus objetivos marcados y su interés académico, se las abrieron. 

Brujuleó por archivos en busca de planos y otra documentación que le permitiera conducirse por, como escribió García Lorca y recoge el trabajo, «ese gran monstruo gótico que parece más una labor de un orfebre gigante que de humanos». A Jorgensen le sorprendió la escasez de mapas sobre la principal obra arquitectónica de la ciudad. Finalmente, en el Archivo Municipal y con la ayuda de los arquitectos que han participado en su restauración logró trazar una ruta. 

«Localicé tres espacios que podrían ser los articuladores del trabajo: agujas, cimborrio e interior de los muros, es decir, fachadas, cubiertas y husillos», observa y señala que también catalogó las criptas, pero las descartó por la dificultad para entrar en ellas. 

Metodología novedosa. Con el mapa del tesoro dibujado, debía determinar cómo desvelar esos espacios insólitos. Resolvió que utilizaría la fotogrametría y el escaneado láser. «Con estas técnicas de recreación virtual de la realidad se obtiene una matriz negativa del espacio, despojando la piel exterior que lo rodea. Así, podemos analizar la arquitectura a través de su volumen interior, moldeado por la fisionomía de su exterior. La Catedral se convierte de esta manera en una cavidad, un espacio vacío aún por descubrir. Como si estuviese tallada en la roca se excava en el vacío como si se tratase de masa construida», describe y continúa: «Las bóvedas de las naves se transforman en ondulados pavimentos, los husillos en serpenteantes y continuas cavidades perforadas en la piedra, las linternas se convierten en edificios gigantescos. El vacío se materializa como un sólido que podemos tocar, manipular, entender. Con la técnica de la recreación tridimensional podemos llegar a puntos de vista que de otra forma no podríamos observar (...). Como una radiografía del cuerpo humano iremos revelando el sistema circulatorio, los órganos y el esqueleto que hay bajo la piel de la Catedral». 

He ahí el gran hallazgo de este estudio, que se puede visitar en el perfil de Instagram @jorgensen_arch. «Había tan poca información que me sentía pionero al encontrar estas nuevas imágenes para explicar un edificio que siempre se ha visto de la misma manera», ahonda. 

Ahora ya solo faltaba anudarse las zapatillas y coger los cuadernos y lapiceros para recoger observaciones, apuntar todas las medidas necesarias y abocetar los dibujos de todo lo que llamara su atención en la expedición que estaba a punto de iniciar. 

El trayecto empieza fuera de Burgos. Se traslada a las canteras de Hontoria, en Cubillo del Campo, y acarrea el material con los bueyes hasta la capital. «El espacio que dejó la importante actividad de los canteros durante su explotación constituye el primer vacío analizado de la Catedral», escribe en este documento de 134 páginas publicado en el archivo digital de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (UPM), en el enlace oa.upm.es/70246. 

Aunque el capítulo dedicado a las agujas cierra el texto, Jorgensen alude a ellas como la joya mejor guardada. «Fue un shock. Había visto imágenes, pero no me esperaba un espacio de esa capacidad emocional. Es brutal», acierta a poner palabras a aquella sensación en la que también valora las novedosas soluciones arquitectónicas adoptadas en aquella época.

Durante una de aquellas jornadas expedicionarias, recuerda que partieron de esa cima para bajar por la fachada hasta el segundo cuerpo, donde despertaron su interés dos grandes espacios en las torres sin ninguna utilidad. «Son estancias enormes que no salen ni en libros ni en revistas. Una alberga el mecanismo del Papamoscas, lo que está detrás del muro, y la otra es la antigua caseta del campanero», deshilacha Jorgensen, que engloba fachadas, cubiertas y husillos en lo que denomina Intramuros, otro de los capítulos. 

Subraya el movimiento ondulado de las cubiertas y la «fascinante» red de husillos, «pequeños circuitos nerviosos que van circulando a través de los muros y te van llevando a estos espacios de manera natural. Hay una diversidad de caminos impresionante». 

Ocho husillos conducen hasta el cimborrio. El tercer protagonista de esta investigación y cuyo acceso volvió a dejar impresionado a su autor, que habla de que «se produce de un modo totalmente teatral» y que la realidad no se corresponde con lo que dicen los planos que él manejaba. Una vez en las alturas, en el balcón que se perfila en el espacio octogonal, aparecen doce puertas, cuatro son los accesos desde cubierta. «Las otras ocho corresponden a las ocho torres de escaleras que se ubican en las aristas de este poliedro. (...) Sin embargo, las escaleras no recorren estos husillos de arriba abajo, sino que se van alternando por niveles. Así, de las ocho puertas que aparecen en el primer balcón solo cuatro conducen a escaleras reales, las otras conducen a un husillo vacío. Llegados al segundo balcón ocurre lo mismo», explica y maravillado advierte cómo este elemento se encuentra entre el ornamento y la arquitectura, el espacio habitable, esa delgada línea, ese límite es el que él ha rastreado en este trabajo. 

Más que arquitectura. «Todo viaje es un viaje interior». El autor tira de esta cita del libro Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, una de las obras de referencia en este proyecto, para describir el sentido de esta travesía, que va más allá de la visión arquitectónica. «El proceso de investigación ha supuesto un viaje a mi interioridad, a un imaginario tan personal que cuando hablo de la Catedral es casi como si hablase de mí mismo. A veces tenemos que cerrar los ojos y cambiar la perspectiva de los espacios que estamos acostumbrados a ver todos los días, atravesar las gruesas fachadas de piedra y los ornamentos que los decoran hasta llegar a la verdadera belleza que se esconde en su interior», traza. 

La pregunta es: ¿Ese viaje interior puede ser compartido? ¿Deberían abrirse alguno de estos espacios a la visita turística? Estas cuestiones, que aborda en el apartado de conclusiones, sitúan a Jorgensen en una encrucijada. 

«No lo tengo claro. Abrirlo supondría que perdiera el misterio y también la experiencia de la apertura de otros monumentos nos dice que se puede contribuir a su degradación. Es un aspecto complicado. Pero sí tendría que haber una mayor difusión de estos sitios en el panorama académico. No tienes que acceder a ellos físicamente para disfrutarlos», reflexiona consciente de la dificultad de gestionar un patrimonio como la Catedral y admirado por todas las historias escritas en sus piedras a lo largo de los siglos.