Érase una vez una noble bruja llamada Lucía que residía en la localidad de Cernégula con su cárabo… Y hasta aquí todo lo que se puede contar sobre el cuento que ha publicado Rodrigo García, un burgalés -como él mismo se presenta- residente en Briviesca y usuario del Centro Ocupacional. El que quiera indagar más sobre los misterios y moralejas que ocultan las 13 páginas ilustradas de Lucía y su cárabo ya puede hacerlo. 

El novel escritor tuvo muy en cuenta a sus lectores y por ello consideró oportuno redactar dos historias iguales pero con desenlaces distintos. Una edición para un público infantil y la otra para los adultos que brotaron en «tan solo un día», comenta con ilusión el joven. El proyecto surgió a partir de un cuadro que coloreó con ayuda de una de las educadoras. Como no podía ser de otra forma, retrató una hechicera, que pasó a convertirse en la protagonista de su historia, y tan solo necesitó un pequeño empujón para que su mente comenzará a sacar ideas para hilar el texto.  

Con un pizca de amor propio, ilusión y afán de superación, Rodrí -así es como le conocen en la ciudad- elaboró la receta mágica para que emergiera de lo más profundo de su ser su primer trabajo, que no el último, como así promete. De su gran logro se han hecho eco hasta en Honduras, país en el que reside parte de la familia de su madre y una de las figuras más importantes para su desarrollo personal, el abuelo Don Tomás, del que aprendió a «amar las letras».