«Menos tiempo para los trámites y más para disfrutar de tu bebé». Así presentó el Gobierno hace ocho años el sistema de comunicación telemática de nacimientos desde los centros hospitalarios. Una herramienta que tuvo en sus inicios muy buena acogida, gracias en parte a la publicidad que se hacía desde los complejos asistenciales y de los registros civiles, que eran los que en última instancia recibían las inscripciones. Pero llegó la pandemia y este servicio, al menos en Burgos, quedó suspendido. La cuestión es que, pese a no existir ya un estado de alarma, hasta finales de 2022 el HUBU siguió sin facilitar las filiaciones, según destacó la jueza titular del Registro Civil en su última memoria.
Las últimas comunicaciones, según ese documento, datan de 2020. Justo antes de que el Gobierno decretase el primer estado de alarma por la pandemia de la covid-19. Fueron, muestra la información de aquel año difundida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, un total de 35 inscripciones a través del sistema Inforeg. Esto significa, subraya la magistrada, «que todos los padres tienen que acudir presencialmente a la sede del Registro Civil para la inscripción de los recién nacidos».
A continuación, afea de alguna manera que el Hospital Universitario de Burgos dejase de realizar este tipo de comunicaciones y no las haya retomado, pues recalca que «otros centros de la Comunidad de Castilla y León sí lo están verificando». Cabe recordar que los diferentes centros fueron habilitando servicios a medida que las restricciones se iban relajando y en base al avance del virus en las diferentes provincias. He ahí una explicación de las diferencias entre unos complejos y otros.
El sistema de comunicación telemática de nacimientos desde los hospitales fue una medida aprobada y desarrollada en 2015, en el seno de la Subcomisión de Simplificación Administrativa de la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas. El objetivo era que los centros se convirtieran en una ventanilla única para el ciudadano reduciendo, además, la carga burocrática de los nuevos padres, ya que de esta manera evitan tener que desplazarse hasta la oficina del Registro Civil.
El Gobierno lo vendió, y dados los resultados así se demostró, como una «medida de impulso de la administración electrónica reemplazando los medios administrativos tradicionales y de la modernización de la Justicia». En Burgos, se implantó meses después de su entrada en vigor, concretamente el 3 de febrero de 2016. Ese mismo ejercicio fue cuando más comunicaciones se hicieron desde el Hospital Universitario de Burgos. Según los datos facilitados por el Poder Judicial, fueron inscritos en el centro asistencial 458 recién nacidos.
Curiosamente, a medida que fueron pasando los años el número de comunicaciones se fue reduciendo progresivamente. En 2017 se inscribieron en el HUBU 247 nacimientos de los más de 2.000 que hubo en la provincia. Al año siguiente bajaron aún más, hasta los 137.