Al Burgos le dieron la primera bofetada de la temporada en el Anxo Carro y regresó de Lugo con la cara roja. En tierras gallegas los blanquinegros fueron menos rocosos que otras tardes y probaron de su propia medicina. Asegura Calero que no deben flagelarse porque haya llegado ese primer disgusto, aunque tiene claro que lo negativo sería volver a tropezar en la misma piedra.

El conjunto blanquinegro recibe a partir de las 21,00 horas al UD Ibiza, ante el que espera regresar a la senda del triunfo y aferrarse a los primeros puestos de la clasificación, una fiesta a la que no estaba invitado, pero en la que lleva desde el inicio de la competición.

El Burgos quiere aprovechar el partido de esta noche para resarcirse y regresar a esa senda que le ha convertido en una de las sorpresas agradables de la Liga SmartBank. Saben la fórmula y confían en llevarla a cabo para dar una nueva alegría a su numerosa y animada afición.

Los burgalesistas prefieren centrarse en sí mismos. Están escocidos después de no mostrar su mejor nivel el pasado fin de semana y su único objetivo es el de demostrar que lo ocurrido en tierras lucenses fue solo un descuido, un borrón en un notable historial.

Para sumar tres nuevos puntos deberán derrotar al UD Ibiza, un equipo que llega a la cita con la necesidad de acabar con una racha negativa que le ha hundido en los puestos de descenso. Ha perdido sus tres últimos partidos, lo que ha provocado que Javier Baraja, la apuesta de Amadeo Salvo en la segunda temporada consecutiva del equipo en Segunda, haya sido sustituido y haya llegado Anquela.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)