El último baile del derbi burgalés en Tercera RFEF

R.C.L.
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El duelo entre Arandina y Mirandés B del domingo será el último a corto plazo tras el ascenso ribereño (18.00 horas)

Jonathan Prado, entrenador del CD Mirandés B y Álex Izquierdo, técnico de la Arandina - Foto: Fotos: Jesús J. Matías y Luis López Araico

El clásico burgalés de 3ªRFEF vive su último capítulo de forma momentánea. Arandina y Mirandés B miden sus fuerzas este domingo (18.00 horas) en lo que se presupone un duelo de grandes expectativas entre dos de los entrenadores más prometedores de la categoría: Álex Izquierdo y Jonathan Prado. El historial entre ambos es ligeramente favorable al rojillo con tres victorias, frente a las dos del ribereño (además de un empate a 0).

La Arandina afronta esta última jornada con el objetivo ya cumplido, pero con el orgullo y la racha de imbatibilidad en juego. "Antes nuestra motivación estaba basada en un objetivo más ambicioso. Ahora, con el título ya conseguido, acabar invictos pondría la guinda a una temporada de matrícula de honor", confiesa Álex Izquierdo, técnico de la Arandina. Los locales están a tan sólo dos partidos de completar una campaña sin conocer la derrota.

Ante ellos, un Mirandés B obligado a sumar para certificar su permanencia en el Grupo VIII. Del equipo de Jonathan Prado destaca su excelso potencial ofensivo, además de su buen trabajo a nivel físico. "Son el tercer equipo que más goles lleva. Tienen gente muy rápida arriba y jugadores con una enorme calidad individual al nivel de que algunos de ellos en dinámica de primer equipo".

Tampoco deja de lado el aspecto emocional que supondría puntuar para los visitantes. "Vienen con la motivación añadida de la última salida y ser el primer equipo en ganarnos. Llegarán con el cuchillo entre los dientes".

En cuanto a las novedades de la plantilla, Álex Izquierdo anticipa que tanto Zazu como Andrés no entrarán casi con total seguridad en convocatoria al arrastrar molestias o lesiones. Tampoco podrá contar con el sancionado Haji, por lo que Jorge apunta a ocupar el carril izquierdo.

De la tranquilidad y felicidad blanquiazul, a la necesidad de puntuar del filial rojillo. "Sabemos que con una victoria más estaría hecha la permanencia", comenta Jonathan Prado, entrenador del Mirandés B. Una ambición que también quedaría cubierta en caso de llevarse un punto del Juan Carlos Higuero. "El sumar en casa del líder siempre es positivo".

A pesar de medirse a una Arandina con los objetivos ya cumplidos, el propio estratega anticipa un duelo "igualado" en el que ambos equipos tienen sus propios alicientes para no especular con el resultado. "Ellos llegan con la motivación de ganar en casa después de proclamarse campeones. Nosotros tenemos la importancia de ganar por evitar ese posible arrastre desde 2ªRFEF".

En el aspecto meramente deportivo, Prado define a la Arandina como un "equipo muy sólido. Con una idea clara de juego en la que dominan ambas áreas". Dentro de este completo control, menciona especialmente "el juego directo en campo rival" y "la dureza a nivel defensivo". Motivo por el cual, Prado espera que los suyos compitan como "un equipo agresivo en las presiones y capaz de jugar en campo de rival".

A esta conglomeración de factores añade una más concreta: el balón parado. Los blanquiazules son uno de los equipos con mejor bagaje desde la pizarra de todo el panorama nacional. Además, para mayor aliciente, el último derbi se saldó con 2-3 favorable a la Arandina y las cinco dianas llegarón desde jugadas de estrategia por medio de córners o faltas laterales.

Otro de los grandes condicionantes para el filial rojillo llega desde la enfermería. "A nivel de lesiones estamos muy condicionados. Se nos está quedando corta la plantilla", explica Prado. La expedición mirandesa viajará a Aranda de Duero con las bajas de dos de sus grandes estrellas: el delantero Salifo Caropitche y el mediapunta Nacho Castillo. A ellos se unen el mediocampista Sergio Granados y el lateral Hodei Alutiz.

Partido de gran nivel para cerrar la temporada en el Juan Carlos Higuero. La Arandina quiere estirar el chicle de resultados positivos, mientras que los rojillos no escatimarán en esfuerzos para garantizar la salvación.