No resulta sencillo ni barato luchar contra el saqueo de los yacimientos arqueológicos burgaleses. Son tantos -hay más de un millar catalogados- los que se reparten por la geografía burgalesa que constituye todo un desafío protegerlos de los expoliadores profesionales, esos 'piteros' que recorren la provincia con sus detectores de metales a la caza de tesoros ocultos bajo la tierra. El Seprona, la unidad de la Guardia Civil con competencias para la tutela de estos yacimientos, no llega con sus agentes a todos los rincones de Burgos cuyo subsuelo está plagado de vestigios milenarios. De manera que para ahuyentar a los bandidos que se lucran con el patrimonio de todos resulta clave una buena estrategia judicial, que garantice penas que no solo disuadan a los condenados sino a todos aquellos 'delincuentes arqueológicos' que se prestan a seguir su ejemplo. No son muchos los que son sorprendidos in fraganti, así que la Benemérita y la Fiscalía tienen que afinar de lo lindo para conseguir condenas ejemplares contra los saqueadores.
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