René Payo

Del Ayer al Hoy

René Payo


Recordando a Ruiz Zorrilla

26/07/2022

El reciente e interesante libro de Isaac Rilova sobre la figura de Manuel Ruiz Zorrilla nos pone en la tesitura de analizar el escaso conocimiento y reconocimiento que se tiene de este gran político reformista en nuestra ciudad a la que se halla muy ligado. Fue un progresista-reformista en sus planteamientos ideológicos y en sus realizaciones prácticas y una de las personalidades que contribuyó al fin de la decadente y en gran medida corrupta monarquía isabelina, teniendo un papel destacado en la revolución de 1868 y en el efímero reinado de Amadeo de Saboya, llegando a ocupar la presidencia del consejo de ministros. Desde sus distintos puestos de responsabilidad, impulsó la educación universal, el registro civil, el matrimonio civil, la creación de bibliotecas populares, etc. Durante su vida le persiguió fama de anticlerical, aunque llegó a tener una estrecha amistad con el burgalés cardenal Sancha. La restauración alfonsina de 1874 y la prevención que le tenía Cánovas le llevaron a al exilio parisino volcándose hacia planteamientos plenamente republicanos.

Las relaciones entre Ruiz Zorrilla y Burgos se incrementaron a través de su matrimonio con María Paz Barbadillo, perteneciente a un notable linaje burgalés implantado en Covarrubias y perfectamente historiado por Rilova. Fallecida su esposa y enterrada en Burgos, este político pasó sus últimos meses en nuestra ciudad, en una casa en la plaza mayor que ocupaba el lugar en el que actualmente se alza el edificio que sirve de ampliación del ayuntamiento dieciochesco. Murió en 1895 y fue enterrado en el cementerio antiguo trasladándose su magnífico mausoleo al cementerio nuevo a comienzos del siglo XX. Pues bien, nuestra localidad no solo no ha sabido recordar a Ruiz Zorrilla ni siquiera con una placa, sino que permitió la ridícula fragmentación de su monumento funerario, diseñado por el gran arquitecto Alberto Palacio, cuando en 2010 se trasladaron los restos mortales del matrimonio al Burgo de Osma. No entraré en las razones de esta traslación, pero sí en el gran desatino del desmontaje y traslado de parte de una obra conmemorativa funeraria que quedó ridículamente mutilada siendo esto un claro ejemplo de ataque al patrimonio y a la memoria.