Una cita con el glamour

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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El crítico de cine burgalés Guillermo Balmori, que comentará la gala de los Óscar en el Canal 24 horas el domingo, desgrana las anécdotas más jugosas y curiosas de las 95 ediciones de la gran fiesta de Hollywood

Balmori, que además de crítico de cine es editor del sello Notorious, en su casa de Madrid. - Foto: Juan Lázaro

Dice el burgalés Guillermo Balmori, crítico de cine y director de la editorial Notorious, sello que publica lujosos libros sobre el Séptimo Arte, que la ceremomia de los Premios Óscar «ha sido siempre una cita anual con el glamour de Hollywood, con las grandes estrellas y las películas la Meca del cine más queridas por el público». La gala de esta edición, que es la número 96, se celebrará el próximo domingo, y Balmori la comentará en el Canal 24 horas de TVE. Un apasionado como él jamás se la pierde, por más que admita que, de un tiempo a esta parte, los criterios de los premios resulten «confusos y difuminados». No tiene sentido que una película extranjera pueda competir como 'Mejor Película' y a la vez como 'Mejor Película Extranjera'. En mi opinión deberían ser los Óscar 'de Hollywood', de la Academia de Hollywood, que es para lo que se crearon. Es como si aquí en España le hubiésemos dado el Goya a la Mejor Película a Titanic. Nadie lo entendería». 

Este historiador del cine ofreció la pasada semana en Burgos una charla sobre los grandes momentos de los Óscar, en la que desgranó todo tipo de curiosidades y anécdotas que ahora recogemos en este reportaje. Son muchísimas, pero Balmori se queda con las que considera más notables o singulares, como que Katharine Hepburn ostenta el récord de premios Óscar a la mejor interpretación -tanto en actores como actrices- con un total de cuatro estatuillas, y que la actriz estadounidense no recogió ninguno: sólo asistió a la gala en 1974 para entregárselo al productor Lawrence Weingarten. Siguiendo con la carismática Hepburn, en 1969 se produjo el único caso de entrega ex aequo del premio por empatar ésta (por su papel en El león en invierno) a votos con Barbra Streisand (por su interpretación en Funny Girl)

El irrepetible John Ford es el director con récord de Óscar (4) y nunca acudió a la gala a recogerlos, exactamente igual que Woody Allen, quien sólo asistió a la ceremonia en 2002 pero para homenajear a la ciudad de Nueva York, que un año antes había sufrido los atentados del 11-S. El primer Óscar a una persona negra fue el que recibió Hattie MacDanield como actriz secundaria por Lo que el viento se llevó en 1940; y el primer actor negro en lograr el máximo galardón sería Sidney Poitier por papel en Los lirios del valle en 1963. Sobre los egos, pocas anécdotas tan jugosas como la protagonizada por Joan Crawford, que es hasta la fecha la única persona en recibir un Óscar en la cama (por Alma en suplicio, en 1955). «Dicen que no hubiese soportado perder y fingió una neumonía para no ir a la ceremonia. Sus fotos en la cama con la estatuilla le aseguraron estar en todas las antologías», explica Balmori. En cuanto a rivalidades, ninguna como la de Bette Davis y la citada Crawford. En 1962 Bette Davis fue nominada al Óscar por Qué fue de Baby Jane, pero no lo fue su compañera y rival Crawford. Sin embargo, ésta se las ingenió para salir a recoger la estatuilla que finalmente recayó en Anne Bancroft, ausente esa noche porque tenía función teatral en Nueva York.

«Marlon Brando recibió de mil amores su primer Óscar por La ley del silencio, pero rechazó el de El padrino enviando a una falsa india (era una joven activista) a rechazarlo sobre el escenario alegando el maltrato al que el pueblo indio había sido sometido por las películas de Hollywood». Sucedió en 1973. En la ceremonia de un año más tarde, un espontáneo irrumpió en escena desnudo mientras David Niven presentaba la gala. Respecto a 'numeritos' sobre el escenario, destaca el de Jack Palance en 1992. Tras recoger el Óscar a mejor actor secundario por Cowboys de ciudad, se puso a hacer flexiones sobre el escenario para demostrar que seguía en plena forma y convencer así a los productores para que siguieran contando con él. Y, por supuesto, el más reciente de Will Smith (en 2022), cuyo Óscar al Mejor actor quedó eclipsado por dar un puñetazo al presentador de la gala, que bromeó con la calvicie de su esposa. En 2018, Warren Beatty anunció por error que la película ganadora era La La Land cuando en realidad era Moonlight. Y Walt Disney recibió por Blancanieves y los siete enanitos un Óscar especial y siete pequeños. ¿Alguien da más?