Híbridos, la última moda en renovables

P.C.P. / Burgos
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Las compañías apuestan por instalar placas solares junto a parques eólicos en funcionamiento y aprovechar sol y aire. Los de Carcedo de Bureba y Fresno de Rodilla pueden ser los próximos

Los paneles solares se instalan cerca de parques eólicos para compartir infraestructuras. - Foto: Valdivielso

El primer parque de aerogeneradores europeo se instaló hace casi 40 años en Girona. Un abismo separa a los molinos que comenzaron a producir 24 kilovatios (kW) en Garriguella -de los que ya no queda ni rastro- de los gigantes actuales que se alzan en instalaciones como la denominada Buniel, a más de 100 metros de altura y con 5,3 megavatios (MW) de potencia. Sin embargo, esa carrera no es la única ni la última que desarrollan las compañías energéticas, que han comenzado a mirar al sol como nunca antes lo habían hecho. 

Hibridación es la nueva palabra de moda en el campo de las renovables. Consiste en construir plantas fotovoltaicas junto a eólicos, normalmente con años de funcionamiento, para combinar el aprovechamiento del viento y el sol, y reducir la dependencia de las condiciones ambientales. Las nuevas instalaciones aprovechan gran parte de las infraestructuras ya existentes, lo que por un lado reduce la inversión necesaria para su puesta en funcionamiento y por otro el impacto ambiental, al compartir algunas líneas de evacuación y subestaciones.

Hace menos de un año que EDP puso en marcha el primer proyecto híbrido en la península ibérica, dentro de Portugal pero muy cerca de la frontera con Salamanca. En España ha sido Iberdrola la compañía pionera en aprovechar la hibridación precisamente en Burgos, en el gran nudo de renovables que ha construido en torno a Revilla Vallejera y que está a punto, si no lo hace ya, de producir energía, puesto que las obras terminaron a finales de septiembre. 

Los profesionales lo conocen como BaCa, acrónimo de Ballestas y Casetona, como se llaman los dos parques eólicos de 69 MW, junto a los que se han construido dos instalaciones fotovoltaicas que suman otros 74 MW gracias a más de 120.000 paneles.

«Las plantas de generación híbridas utilizan el mismo punto de conexión a la red y comparten infraestructuras, como la subestación y la línea de evacuación de la electricidad producida. Además, se ubican en terrenos que ya estaban destinados a la generación renovable y permiten contar con caminos e instalaciones comunes para la operación de ambas tecnologías. Todo ello redunda en un impacto ambiental mucho menor al que hubieran tenido dos plantas independientes», explican fuentes de la compañía.

El ejemplo, y el negocio, tiene visos de prosperar en otros puntos de la provincia y con otros promotores. Este mismo mes se ha publicado el informe de determinación de afección ambiental de dos proyectos de hibridación, uno en Carcedo y otro en Fresno de Rodilla.

El primero se ejecutaría junto al parque eólico Los Ausines, en el mismo término municipal, con 13,165 MW de potencia y 21.540 módulos solares a distribuir en algo más de 38 hectáreas, a medio kilómetro de Carcedo y a 3 de Castrillo del Val. En el entorno existen otras 7 instalaciones eólicos, además de la fotovoltaica de la fábrica de Kronospan, por lo que se trata de «un paisaje ya alterado» y los efectos de la nueva instalación «no tienen carácter significativo», apunta el informe. Puntualiza que en el 86,32% de la cuenca visual considerada (5 kilómetros) el proyecto no será visible y que tampoco la línea de evacuación tendrá impacto en el entorno al ir soterrada. Este informe no se puede recurrir administrativamente, por lo que se sigue adelante con su tramitación.

En el mismo punto se encuentra la planta solar de hibridación denominada Veleta, de 16,25 MW de potencia a instalar en Fresno de Rodilla y con una conexión a la subestación del municipio de Monasterio, donde evacúan actualmente cuatro parques eólicos de la sociedad Eólica La Brújula, S.A.

Se proyecta sobre 34,17 hectáreas de suelo no urbanizable, que ocuparán parcialmente 30.408 paneles fotovoltaicos bifaciales. «El 38% de la superficie afectada corresponde a cultivos, un 29% a pastizal y un 21% a los aulagares-brezales», explica el documento. 

Se identifican varias infraestructuras en un entorno de 10 kilómetros, entre ellas los eólicos Veleta, Llanos de San Martín, Monasterio de Rodilla y La Brújula. Existen otros tres proyectos, Cerevil, Fuerga y Alcocero de Mola, aunque para los dos primeros la declaración de impacto ambiental fue desfavorable. 

Con respecto al patrimonio arqueológico, los técnicos reseñan la necesidad de preservar los yacimientos de Los Cercados, La Tenada, Vía Romana y El Cotorro, afectados de forma directa por el proyecto, o al menos realizar sondeos previos para analizar las características y conservación de los restos de cara a establecer las medidas de intervención necesarias.