Las edades de la danza

I.L.H. / Burgos
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Tres egresados comparten su experiencia profesional fuera del centro: en una compañía de ballet, en la docencia o continuando los estudios superiores

Lorena Zataraín, William Castro y Paula Guilarte. - Foto: Valdivielso

Probablemente no conozcan a la profesora Grant de la serie Fama de los 80, aunque saben por experiencia que los sueños y la fama cuestan y se pagan con sudor. Quienes deciden hacer de la danza su futuro aprenden también que la pasión hace más llevadero cualquier obstáculo y que el equilibrio en el baile es una palabra clave. La Escuela Profesional de Danza Ana Laguna lleva diecisiete años formando a las bailarinas y bailarines que se suben a los escenarios de medio mundo, crean coreografías o ejercen como docentes.

Sin embargo, desde el centro creen que todavía no se les conoce demasiado en la ciudad y revertir esa tendencia es uno de los objetivos que se ha marcado la nueva directora, Pilar Hechavarría: "Nuestra prioridad es la cantera, llenar las enseñanzas elementales. No sé si es por desconocimiento, por la exigencia que se presupone o por la amplia oferta de actividades que tienen los escolares, pero lo cierto es que se ha reducido el ingreso en las edades tempranas. Hacemos una formación profesional y por lo tanto se necesita impartir una calidad que case con los estándares internacionales. Para entrar a los estudiantes se les pide unas aptitudes; lo del esfuerzo y la disciplina vendrá después", subraya.

Nuestra prioridad es la cantera; llenar las enseñanzas elementales. Y sacar la escuela a la calle"

Sin olvidar temas "pendientes y latentes" como el instituto vespertino, Hechavarría apostará este curso por sacar la escuela a la calle: "Empezaremos en Navidad con unos villancicos que haremos con percusión corporal, y luego queremos integrarnos en la programación cultural de la ciudad".

De cara al futuro inmediato, la directora cree que las instituciones deberían apostar por una compañía estable en la región: "A día de hoy no es factible porque no se invierte en cultura lo que haría falta. Faltan medios y voluntad política. Pero es una necesidad. Y ahora que Burgos quiere optar a la capitalidad europea de la cultura sería una buena oportunidad".

Sin opciones en casa, el talento de los egresados vuela a otros lugares, como el de los 3 que les presentamos y que mostraron sus capacidades en la apertura del curso.

Lorena Zataraín | Profesora en bailarte y danzarte

"Si luchas por ello hay muchas formas de vivir de lo que te gusta"

Se graduó en 2013 en la primera promoción de Contemporáneo y una década después de terminar sus estudios en la Escuela Profesional Ana Laguna sigue bailando de manera profesional y a la vez, o sobre todo, se dedica a la docencia. "Estoy dando clases en una academia en Valladolid y lo compagino con bailar lo que puedo. Me refiero a que no estoy en una compañía fija, sino que colaboro en proyectos concretos, hago piezas cortas o participo con diferentes colectivos", resume Lorena Zataraín.

"Cuando me apunté a la Escuela Ana Laguna no sabía casi ni lo que era la danza contemporánea. Me apunté para probar y con los años me fui identificando con el estilo y la disciplina", afirma mientras repasa que al acabar los estudios se marchó un año a trabajar a Portugal. Luego la vida le fue llevando por otros derroteros, hasta que se encontró con la docencia. "No pensaba dedicarme a ello tan pronto, pero aquí estoy. Llevo ocho años y me siento una privilegiada".

Zataraín reconoce las dificultades de vivir como bailarina de danza contemporánea, tanto dentro como fuera del país, aunque a diferencia de en la danza clásica es más fácil montar una compañía, por ejemplo, y hacer creaciones propias. "Si luchas por ello hay muchas formas de vivir de lo que te gusta. Nadie te da nada hecho y hay que ganárselo, pero tienes que insistir", apunta. "Si te apasiona algo, la exigencia es lo de menos. Para mí estudiar danza nunca ha sido un sacrificio".

William Castro | Bailarín en el Aalto Theater Essen (Alemania)

"En Alemania hago el repertorio que quiero y las condiciones son buenas"

Tras estudiar en Ana Laguna y en la Royal Ballet School en Londres, William Castro ha formado parte de ballets internacionales. Estuvo en Opera in Balet Ljubljana (en Eslovenia), luego en el Theater Dortmund y ahora en el Aalto theater Essen, también en Alemania: "En esos países hay más interés y cultura por el ballet, pero también se trabaja muy bien la difusión y promoción de lo que se hace. En España hay compañías muy buenas, como el Ballet Nacional, pero les falta márketing".

Al acabar sus estudios William Castro tenía claro que debía salir de España para poder bailar el repertorio que le interesaba: "Lo que quiero es desarrollarme como bailarían y iré allí donde pueda seguir haciéndolo. No me importaría volver a España, pero tampoco es algo que me plantee por ahora. De momento miro el presente y en Alemania las condiciones laborales son buenas".

De cara a quienes quieran seguir sus pasos, el bailarín les anima a no rendirse: "Si tienes pasión por algo, vas a tener que ser exigente para lograrlo; tienes que ponerlo todo. Puede que llegues o puede que no, pero tienes que intentarlo de la mejor manera", asegura. En su caso tenía claro que quería dedicarse a la danza, quizá porque sus progenitores eran bailarines profesionales. "Desde pequeño soñaba con hacer El Quijote, por ejemplo, así que la vida me llevó por ahí", añade: "Como bailarín aportas al público lo que sabes hacer, pero también creces como persona, como con las artes en general".

"Hay que elevar la danza a la categoría que se merece. Como literatos y pintores"

Paula Guilarte | Cursa pedagogía y baila en IsPassion

Dentro de unos años, cuando su cuerpo le impida bailar al máximo nivel, quiere dedicarse a la docencia. Para eso Paula Guilarte cursa el grado superior de Pedagogía de la Danza, sin dejar de lado "lo que a nivel profesional me va saliendo".

Ahora compagina los estudios oficiales con su carrera artística, para la que dispone de permisos. Así es como colabora con una zarzuela del Liceo de Barcelona y viaja con la compañía alemana IsPassion: "Ensayamos aquí y en Alemania antes de una gira", explica recordando que ha estado con ellos en Asia. "Quiero exprimir mi vida como bailarina lo que pueda y me dejo abierta la puerta de la docencia".

Guillarte recordaba su paso por la Escuela Ana Laguna, donde su madre la dejaba "con el maillot rosa y el moño mal hecho". Han pasado ocho años desde entonces, cuando se fue a terminar a Madrid sus estudios de Danza Española, y al entrar a las aulas no podía dejar de emocionarse. "¡Huele igual!", afirmaba.

"Es un lujo, un privilegio tener un centro así en Burgos. Si de verdad quieres dedicarte a la danza de manera profesional, estás en tu sitio. Yo me niego a decir que hay que pensárselo porque es duro y exigente. No. Si de verdad te gusta, tienes que hacerlo", asegura haciendo hincapié en que es una profesión y que no debe ser relegada: "Estudiamos a los literatos, pintores y compositores y los elevamos a la categoría que se merecen. Eso no ocurre con la danza en España", sentencia.