La infanta Elena de Borbón y Grecia fue la encargada, junto con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, de inaugurar ayer en Aranda de Duero (Burgos) la decimonovena edición de la exposición de Las Edades del Hombre, ‘Eucharistia’, que podrá visitarse hasta el próximo 10 de noviembre.

 

Diez minutos antes de la hora prevista, a las 11.20, la hija mayor del rey hacía acto de presencia, caminando, hacia la Iglesia de Santa María, una de las sedes de la muestra de arte sacro. Acompañada por Sáenz de Santamaría, Herrera, la presidenta de las Cortes, María Josefa García Cirac; el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín; el de Ávila que a su vez es el presidente y el secretario general de la Fundación Las Edades del Hombre, Jesús García Burillo y Gonzalo Jiménez, respectivamente; el delegado del Gobierno, Ramiro Ruiz Medrano; la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García; y la alcaldesa de Aranda, Raquel González, saludó a las varias decenas de ciudadanos que se acercaron hasta allí.

 

La comitiva inició el recorrido de la exposición que alberga 121 obras de arte, guiados por el comisario de la misma, Juan Álvarez Quevedo. Comenzaron por la pila bautismal rescatada de la capilla Salazar del templo arandino «que se encontraba escondida», según desveló Álvarez Quevedo. Acto seguido, contemplaron el cuadro que muestra la ilustración a lápiz del cartel, del pintor riojano Eduardo Palacios, que anticipa lo que el visitante podrá ver en la exposición.

 

Recorrió a pie los alrededor de cien metros de distancia que separa las dos sedes y antes de entrar hizo una parada frente a una de las esculturas que complementan la muestra en los alrededores de la misma. Allí, su autor, el artista madrileño Víctor Ochoa, le explicó las características de la misma, a la vez que reveló después a los periodistas que «la infanta conoce de sobra mi obra porque ha asistido a algunas de las inauguraciones de mis exposiciones».

 

Acto artístico. Ochoa también reconoció que es «un lujo ser invitado a exponer tanto dentro como fuera de la muestra de arte sacro» y a su vez, resaltó que Las Edades del Hombre es «uno de los actos artísticos más importantes del año». En total, son doce las obras de arte moderno que de manera complementaria se suman a Las Edades del Hombre, de los artistas Ochoa, Elena Laverón, Pedro Quesada y José Luis Leal.

A su entrada en este segundo templo, la infanta fue preguntada si le estaba gustando la exposición ‘Eucharistia’ a lo que respondió que «no había terminado». Aquí pudo contemplar las 67 obras de arte seleccionadas.

 

 En este punto se produjo algo que no estaba dentro del programa previsto y es que volviera a contemplar otra de las esculturas del artista Víctor Ochoa, lo que revolucionó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que velaban por que todo transcurriera con normalidad. Fue en este pequeño tramo cuando la infanta declaró a algunos periodistas que se encontraban cerca: «Me ha gustado mucho y no descarto volver». Ya lo hizo junto a sus dos hijos en la edición de Las Edades del Hombre celebrada en Arévalo. «Las obras están muy bien plasmadas», señaló.  

 

En este sentido, el comisario de ‘Eucharistia’ relató que durante el recorrido «la infanta ha dicho que a Arévalo acudió con sus dos hijos y ha dado a entender que seguramente vienen».

Por su parte, la alcaldesa de Aranda aseguró que «se ha ido encantada» y que «le ha parecido una maravilla». González explicó que «todas las exposiciones de Las Edades le resultan muy instructivas» y que «ha preguntado acerca de muchos detalles». «Se ha ido muy contenta y le he manifestado que le esperamos por aquí».

 

Entre las cuestiones de las que hablaron, señaló que una de ellas fue «de San Pedro Regalado» y añadió que «le hemos explicado los pormenores de la localidad, de la torta que aparece dentro de la parte del retablo dentro del museo sacro o del lechazo que creemos ver en la Última Cena».

A las 13 horas, la infanta Elena de Borbón y Grecia se despedía de los cientos de asistentes al acto de inauguración, en el que no faltó nadie.