Burgos va a quedar como un náufrago en una isla desierta en mitad del trazado de la A-11. Mientras avanzan los tramos al este y al oeste, los que afectan directamente a la provincia llevan años a la espera de que les toque el turno de salir a licitación. Pero siempre hay otro que se anticipa. En los últimos meses han sido dos ubicados en territorio vallisoletano.
En diciembre, el Ministerio de Fomento anunció el inicio de las obras entre Olivares y Tudela del Duero, 20 kilómetros de autovía que costarán 79 millones de euros. Hace unos días, se ha levantado la suspensión que pesaba sobre el tramo siguiente, de Olivares a Quintanilla, que esta misma semana ha salido a concurso por casi 135 millones de euros, con un plazo de 36 meses.
Ante el lento avance de unos intervalos y la parálisis de otros, como los de la provincia burgalesa, Ciudadanos dio ayer una rueda de prensa en uno de los municipios donde más se reclama la autovía: Aranda. El procurador de los liberales, José Ignacio Delgado, exigió al Gobierno de España la confirmación de plazos exactos para la finalización de la A-11. En la formación naranja quieren que el Ejecutivo central facilite fechas concretas sobre cada tramo de la carretera. Con esta intención presentarán, la próxima semana, una batería de preguntas y proposiciones en el Congreso de los Diputados. Delgado sentenció que no admitirán "más retrasos ni excusas" en lo que define como "la autovía de la vergüenza", en alusión a los "más de 30 años de retraso" que acumula el trazado.
El procurador incidió también en la "importancia" que tiene para toda la Comunidad la A-11. Él la ve como una "herramienta de cohesión territorial" para unir "lo rural y lo urbano". Algo que, remarcó, "solo se puede conseguir si el medio rural está bien conectado", tanto a través de "vías de comunicación física como a través de internet".
En la rueda de prensa también estuvieron presentes los alcaldes de Langa de Duero, Javier Barrio, y de Haza, Antonio Muñoz. El primero quiso centrarse en el "factor humano". Recalcó el "peligro" que corren todas las personas que utilizan diariamente la Nacional 122 y recordó a la última víctima mortal que se ha cobrado la concurrida carretera: una mujer fallecida el pasado fin de semana. Por su parte, el regidor de Haza hizo mención a los retrasos en las obras, que lleva viviendo en primera persona desde que era "un niño". A ello añadió la importancia que tiene la A-11 para el desarrollo "económico y turístico" de la zona.