Editorial

El bloqueo político se rompe si impera la lista más votada

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El calendario marca que solo restan 19 días para la celebración de las Elecciones Generales y los dos principales partidos, PSOE y PP, toman posiciones ante la inminente campaña electoral, que a punto está de dar el pistoletazo de salida. Uno de los baluartes del Partido Popular más allá de Génova, Moreno Bonilla, aboga por un «cambio político urgente» en una apuesta por la estabilidad basada en «la moderación, el diálogo y la normalidad». Unos postulados que chocan, en su opinión, con lo que ha ocurrido en la Moncloa bajo el mandato de Pedro Sánchez. El presidente de Andalucía y asentado barón de los populares, sostiene que la estabilidad es «la mejor inversión que el ciudadano puede hacer para el progreso del país» y que para ello es necesario, además, marcar una serie de «líneas claras» frente a Vox.

De esta forma, vuelve a fijar así posiciones y a marcar la línea argumental que su formación ha llevado por bandera tras las últimas semanas, marcadas por los pactos de gobierno en los diferentes territorios, tanto a nivel municipal como autonómico. De hecho, el candidato a ocupar el asiento más importante de la Moncloa, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido una «mayoría suficiente» para poder gobernar en solitario sin peajes de ningún tipo. De esta forma, plantea en el horizonte la posibilidad de que el PP sume más escaños en solitario que todas las fuerzas de izquierda juntas, lo que –según el criterio de Feijóo– evitaría tener que facilitar la entrada en el Gobierno del partido de Santiago Abascal. El máximo responsable del PP, de hecho, ha encontrado un 'aliado' en la senda de este postulado. El expresidente del Gobierno, Felipe González, se pronunció al respecto y pidió evitar los «bloqueos políticos» y dejar gobernar a la lista más votada «cuando no haya otra opción».

Los dos partidos mayoritarios y hegemónicos de este país no pueden vivir bajo el yugo caprichoso y los vaivenes electorales que marquen las formaciones minoritarias. Ni el PP con lo que encuentra a su derecha, ni el PSOE con lo que tiene a su izquierda. Más todavía si en esa ecuación sumamos nacionalistas e independientes. La voluntad de la inmensa mayoría de los españoles no puede verse cortapisada o condicionada por imposiciones que representan a una minoría. El país, a todos los niveles y desde hace muchos años, tiene más que asumidos una serie de principios y acuerdos sociales que estas fuerzas más allá de la centralidad amagan con hacer tambalear. Hay ciertas líneas rojas que han costado sangre, sudor y lágrimas conquistar, y sobre cuyo trazado no se puede ceder ni un solo centímetro. Se necesitan hombres y mujeres de Estado. Se necesitan partidos que construyan en pro del Estado de Derecho, la Constitución y la igualdad.