Durante 167 días, la mayoría de los trabajadores del fabricante de equipamiento de baños Gala han estado inmersos en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Desde el pasado 25 de octubre, cuando la factoría empezó a ralentizar su producción, hasta este próximo lunes, 10 de abril, la actividad ha estado acotada. De los 300 empleados alrededor de 207 han estado bajo un ERTE que se ha desarrollado en dos fases: la primera se prolongó hasta el 9 de enero, mientras que la prórroga entró en vigor al día siguiente con una vigencia de tres meses.
Cada jornada de trabajo podían incluirse, como máximo 70 empleados, es decir, una cuarta parte del total de la plantilla, que asciende a 307 individuos. Los trabajadores reconocen su satisfacción por regresar a su puesto de trabajo, máxime en una situación de tanta incertidumbre como la que vive la economía actualmente. Por otro lado, fuentes de la compañía consultadas por este periódico reconocen que el panorama que tenía por delante la fábrica en octubre de 2022, comparado con el presente, es muy distinto.
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