Estrella R. (Madrid, 1981) irradia pasión y corazón cuando habla, cuando actúa, cuando ama. Sin duda, es una valiente "actriz, bailarina, creadora... autónoma de las artes escénicas, artesana de la cultura", como le gusta definirse. Lo mismo baila, que actúa, que cuenta cuentos mientras danza o produce un festival de artes escénicas en el medio rural. Cualquier artista podría calificarse de valiente, pero en su caso por partida doble o triple, puesto que ha sobrevivido a diez inviernos en el valle pasiego de La Sía, con su hija, ahora de 12 años, y una pequeña familia animal compuesta por una perra, dos gatas y dos tortugas. En la cabaña pasiega que habita ha logrado que brote todo su potencial y sus espectáculos empiezan a consolidarse y hacerse hueco en programas, como el de Circuitos Escénicos, Vive Rioseco, Escenario Patrimonio de la Junta de Castilla y León, el ciclo Las piedras cantan, desarrollado por la Fundación Santa María La Real o Enclave de Calle, del Ayuntamiento de Burgos.
Tras muchos años de aprendizaje y trabajo, Estrella R. -que prefiere omitir su apellido como Eva H- admite que vive un momento dulce después de superar una pandemia que se llevó por delante la mejor agenda de trabajo que nunca había logrado y que a la vez la reconcilió con el lugar donde vive y que tantas veces se le había puesto enfrente. Disfrutó d e la libertad de la montaña y de su inspiración. "La Sía es un sitio maravilloso para envejecer, pero jodido para desarrollarte profesionalmente", admite a tumba abierta. Desenterrar su coche cubierto por la nieve, cortar leña sin descanso -ya necesita encender la chimenea a finales de septiembre- o el aislamiento de una cabaña son pruebas para unos pocos, aunque le encanta "subir al tejado a deshollinar la chimenea".
Estrella R. pronto voló del nido familiar. Con 17 años salió de Madrid en busca de un espacio en el mundo rural. Regresó con 21 y retomó su formación. Desde que comenzó a andar se recuerda bailando y a los 15 años ya trabajaba como bailarina. Como anécdota recuerda como con 17 fue corista de la Pantoja y El Fary. Se formó en la Escuela de Arte Dramático, en la de Cristina Rota y en el Laboratorio de Willian Layton, donde logró "un aprendizaje vital y existencial porque ser actor es mucho más que una profesión", asevera. Empezó con tacones y ahora prefiere bailar descalza.
Estrella R., una creadora en el corazón de la montaña pasiegaPero, ¿cómo llegó a Las Machorras? Pues por amor. "Las grandes decisiones de mi vida, los grandes aciertos y los grandes fallos han sido por amor, pero estoy muy contenta, porque a mis 41 mantengo mi esencia pasional, pero he aprendido a buscar mucho más el equilibrio y lo racional", rememora. Pero el amor se acabó y ella siguió luchando sola contra la soledad y los inviernos de la montaña pasiega.
Primero se abrió hueco con la enseñanza, otra de sus pasiones, impartiendo talleres de danza y teatro. El pasado curso lo cerró con 55 alumnos en Medina, Espinosa y Villasana. Pero esa es una pequeña parte de su intensa agenda. Estrella R. aprendió mucho con una productora audiovisual entre 2007 y 2012, pero también apuntándose siempre a echar una mano "en todos los saraos", a veces a cambio de dinero y a veces solo para aprender. Así que mientras descargaba camiones o trabajaba mano a mano con técnicos no paraba de realizar preguntas y obtener respuestas que ahora le sirven para estar detrás de la producción de citas como Hágase la luz, que en su segunda edición ofrece este fin de semana diferentes espectáculos lumínicos y audiovisuales en múltiples espacios de Santander.
Su hogar ha sido testigo de ensayos interminables, aunque también viaja muchos días a Burgos, a 110 kilómetros de su casa para ensayar. 110 de ida y 110 de vuelta sin perder el aliento vital que alimenta el espíritu de esta luchadora. En su casa gestó CuentaEstrellas, cuentos teatralizados que han pasado por innumerables espacios, como escenarios o bibliotecas, donde las narraciones teatralizadas, en ocasiones, se combinan con títeres y teatro de objetos. De los cuentos que contaba a su hija cada noche sacó la idea y de todos ellos, la narración Ellas cuentan ha sido la que más éxito ha cosechado con más de cien representaciones. "Me encanta el poder de la palabra, un poder transformador", explica, que va alimentando con el aprendizaje de muchos códigos de comunicación en las innumerables ferias a las que acude, siempre con su hija al lado.
Estrella R., una creadora en el corazón de la montaña pasiegaY es que Estrella R. es una creadora incansable, de la que manan ideas y textos sin parar para sus espectáculos pero que también carga su coche con todos los bártulos, viaja, monta, actúa, desmonta... "como Juan Palomo yo me lo guiso y yo me lo como", dice entre risas.
Sus dos espectáculos de formato medio grande en cartera son Delirios y Anatomía de una habitación propia. El primero nació después de "un año horrible", en el que tras vomitar sentimientos sin parar en cualquier papel que tuviera a mano decidió reunir todo lo sentido y todo lo vivido y trasladarlo al movimiento de su cuerpo mediante la danza, acompañada por la música original del burgalés Víctor E. Alonso (aka Dancing Data).
En su dossier lo resume como "un viaje catártico donde el músico lanza estímulos sonoros al cuerpo de la bailarina, quien los recoge y los transforma en movimientos, creando un diálogo donde la improvisación es la esencia. Por que nunca reímos dos veces igual, ni lloramos dos veces igual, ni amamos dos veces igual". "Es un viaje a la locura y nunca hay dos pases iguales", remata. Lo han disfrutado ya en numerosos lugares, el último el pasado 10 de septiembre, en la Llana de Afuera, en el festival Enclave de Calle, de Burgos.
Y con "pico y pala" han ido surgiendo nuevas creaciones, como Anatomía de una habitación propia, escrita e interpretada por Estrella R. y donde las notas autobiográficas se entretejen con los poemas de las Sinsombrero, las mujeres de la Generación del 27 que se adelantaron a su tiempo con sus textos. En el escenario actúa y baila en un espectáculo de danza y teatro donde hay mucho trabajo con objetos. Se estrenó en febrero de 2021 en el Teatro de Laboral Ciudad de la Cultura, en Gijón, y lo escenificó por última vez en septiembre en el monasterio de Santa María de Sandoval, en León, dentro del Festival Escenario Patrimonio.
Y mientras todo esto sucede, ella sigue creando y sigue pensando y bailando, ahora enfocada hacia un teatro de objetos, porque quiere aparcar un poco la palabra y que el nuevo montaje que prepara, de nuevo con música de Víctor E. Alonso y la iluminación y el sonido de LUX&VOX, le permita viajar de La Sía al extranjero.