El último viaje de una locomotora con historia

R.P.B.
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Se acaban de cumplir 50 años de la instalación en la Escuela de Ingeniería Técnica de Obras Públicas de la icónica máquina a vapor Baracaldo

Secuencia del traslado de la locomotora desde el entorno de la estación de Burgos hasta Obras Públicas. - Foto: Ángel Vilches

El burgalés Ángel Vilches era estudiante de la Escuela de Ingeniería Técnica de Obras Públicas en el año 1971. Tenía un profesor llamado José Antonio Ramos, que impartía la materia de ferrocarriles y que, a su vez, trabajaba en Renfe. «Era muy peculiar, un apasionado de los trenes. Tenía hasta cassettes con los sonidos de las locomotoras», evoca Vilches. Un día, propuso a sus alumnos solicitar a Renfe el traslado de una vieja locomotora que languidecía abandonada en terrenos cercanos a la estación de Burgos. «Y Renfe accedió con la condición de que fuésemos nosotros quienes la trasladáramos». Y así lo hicieron, a finales de ese año de 1971. Hace ahora ya medio siglo.Cincuenta años desde que la comotora 'Baracaldo', que ya era centenaria entonces, luce como motivo ornamental y monumento a la memoria de la era del vapor.

Ángel Vilches se involucró mucho en el proyecto, especialmente en la gestión para la cesión a la escuela de la máquina. «Me interesó muchísimo desde el principio, y eso que la asignatura de ferrocarriles me quedaba grande, no entendía absolutamente nada. Hice todas las gestiones durante las clases. Al final, el profesor quiso darme matrícula, pero renuncié a ella». El día de marras, Ángel Vilches fue el encargado de capturar para la posteridad aquel traslado histórico con una cámara fotográfica. 

Las imágenes que ilustran este reportaje son las que él tomó en aquella jornada.La operación fue delicada, pero exitosa. «Nos encargamos del traslado, pro los gastos corrieron a cuenta de Renfe». Fueron, recuerda Vilches, los alumnos de Obras Públicas, junto con personal de Renfe, quienes rehabilitaron esa joya de la revolución industrial. «La dejamos como nueva e hicimos una plataforma para que luciera mejor.Quedó francamente bien» Le hace ilusión a Ángel Vilches que la locomotora permanezca allí después de cincuenta años. 

Una joya mítica. La locomotora Baracaldo fue fabricada por la empresa inglesa Sharp & Stewart en el año 1881 para el Ferrocarril de Triano (zona minera de Vizcaya). Tiene un peso de 42,5 toneladas y cuenta como peculiaridad con la caldera de vapor situada encima de la caldera de combustión. Dio un servicio espléndido durante años trasladando el hierro de las minas. Tras la adquisición de unidades más modernas y potentes, la Baracaldo y otras locomotoras más antiguas fueron vendidas. Renfe se hizo con ella y con otra demominada Santurce. La Baracaldo prestó importantes servicios en Miranda de Ebro y su entorno. La Santurce hizo lo propio hasta que, finalmente, fue desguazada Santa Olalla de Bureba. Mejor suerte corrió, por fortuna, la Baracaldo. No se ha movido desde que hiciera su último viaje. Y ahí sigue, mirando al futuro desde el pasado.