La formación dual para desempleado y adaptada a los perfiles que realmente necesitan las empresas, se consolida como una fórmula cada vez más útil para intentar mitigar la grave carencia de personal cualificado que empieza a padecer la industria local. Con este objetivo, la patronal Femebur acaba de presentar a sus asociados una nueva edición de este programa que, hasta la fecha, ha logrado cualificar a más de medio centenar de trabajadores en itinerarios profesionales como los de mecánico de mantenimiento, montador industrial u operario especialista de línea automatizada.

La situación ha llegado a tal extremo que las propias empresas burgalesas reconocen que no solo compiten entre ellas por los clientes, sino también por la captación de talento. «La formación dual es un tema estrella para nosotros», asegura en este sentido el presidente de Femebur, Andrés Hernando, consciente de que el problema de la falta de personal en Burgos es ya generalizado y se está agravando. Grandes empresas como Antolin o Benteler tienen programas propios en marcha para generar una cantera de empleo, el resto se ha unido en torno a Femebur.

La formación dual es un recurso facilitado por el Servicio de Empleo de Castilla y León (Ecyl) y se sustancia en contratos de formación en alternancia (trabajo y estudio) para desempleados, de una duración de entre 3 meses y 2 años, a jornada completa o parcial.

Los soldadores son uno de los perfiles profesionales más demandados y difíciles de encontrar. - Foto: Eugenio Gutiérrez

Tras varias ediciones en las que se ha cualificado más de 50 trabajadores, ya está en marcha otra más y cuenta con la participación de una decena de industrias locales, de todos los tamaños y también de otros sectores diferentes al siderometalúrgico. Entre las presentes en la nueva edición están Hiperbaric, Hypatia, NC Electrónica, Gonvarri, Serbusa, Ormazabal Burgos, Switchgear, Casple, Estampaciones Casple, Sinter Ibérica Packaging, Soluciones e Ingeniería Eléctrica e Industrias Rayco, entre otras.

La tarea ahora es encontrar a un grupo de parados de entre 16 y 30 años (y sin cualificación relacionada con el contrato a realizar) interesados en esta experiencia. En la mayoría de los casos, será su puerta de acceso al mercado laboral, aunque tampoco es fácil encontrar candidatos en los tiempos actuales, máxime si se buscan mujeres.

«La formación dual está siendo un éxito, pero para nosotros no es suficiente, hay mucha necesidad de contratar perfiles que no se encuentran en el mercado». Hernando menciona, como ejemplo, los soldadores, los torneros, los fresadores o los caldereros, «que ahora encuentran trabajo en cualquier empresa». El problema es que hay trabajadores disponibles, pero sin cualificación y experiencia alguna, que no cubren los perfiles que están urgiendo las empresas.

La formación dual, dentro de sus posibilidades, se centra en esa necesidad. El tiempo de trabajo del alumno es del 65% de la jornada el primer año y hasta el 85% en el segundo. El resto es estudio.

Son contratos remunerados, con un salario proporcional al tiempo de trabajo efectivo, y protegidos por la Seguridad Social. Los estudios son impartidos por empresas especializadas, en el caso de Femebur, los gestiona el Grupo Aspasia.

Las industrias participantes también disfrutan de una serie de incentivos, como las reducciones de las cuotas de la Seguridad Social de un 100% para empresas de menos de 250 trabajadores y de un 75% para las que superen esa cantidad.

También se bonifican, entre otros incentivos, el 100% de las cuotas de los trabajadores a la Seguridad Social y si los contratos se transforman en indefinidos, se reducen la cuota empresarial a la Seguridad Social durante 3 años (1.800 euros por año, en las mujeres; y 1.500 en el de los hombres).

Inserción. La experiencia de Femebur en las últimas ediciones es que la práctica totalidad de los alumnos de formación dual se coloca en la empresa donde ha aprendido o en otras parecidas. Ha llegado un momento, reconoce Hernando, en el que el trabajador cualificado se puede permitir el elegir empresa y condiciones.

Además de formar, añade el presidente de Femebur, la industria debe potenciar su atractivo y reputación laboral para atraer talento donde lo haya, pues el problema que vive Burgos se está repitiendo en otras provincias y también en otros países de nuestro entorno económico.

¿Qué ventajas tiene?

Para el aprendiz:

Estudios oficiales de forma gratuita para desempleados inscritos como demandantes de empleo.
Conocimiento temprano del entorno socio-laboral y sin necesidad de tener cualificación previa al contrato a realizar.
Competencias adquiridas mediante práctica profesional, que siempre debe estar relacionada con los contenidos propios del aprendizaje.
Remuneración por su esfuerzo y dedicación de acuerdo al tiempo de trabajo efectivo durante el ciclo formativo. El alumno cuenta con la protección de la Seguridad Social durante el ciclo formativo.
Empleabilidad en el mercado laboral, que aumenta al formarse en un centro de trabajo.

Para la empresa:

Formación adaptada a los puestos que necesita y que viene a cubrir la graves carencias de profesionales que presenta el mercado laboral.
Sin limitación en los contratos formativos.
Aprendices cualificados, fieles y motivados.
Productividad y competitividad mejoran.
Incentivos durante el contrato y su finalización. Deducción de las cuotas empresariales a la Seguridad Social, del 100% si la plantilla es inferior a los 250 trabajadores y del 75% si la plantilla es igual o superior a los 250 trabajadores. Si al finalizar el ciclo formativo se formaliza un contrato indefinido, se reduce la cuota a la Seguridad Social durante los 3 primeros años.