Siones, una escuela joya

a. castellanos
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Creada por la Fundación Lucas Aguirre en 1901, la que fuera la segunda escuela de Siones conserva toda su belleza como antaño • La Fundación Benéfico Docente del Valle de Mena proyecta convertirla en un museo

La inmensa aula de la Escuela de Siones conserva el mismo aspecto que en el año 1901 cuando se fundó. / - Foto: Ana Castellanos DB

 
En Siones de Mena hay dos joyas, una indiscutible que es la iglesia románica de los siglos XII-XIII, a la que cada año acuden más de 3.000 personas. La otra, una escuela de corte decimonónico que conserva en su interior casi todo lo que dejaron sus alumnos en el año 1969, el último en que los niños de Siones y de poblaciones cercanas recibieron clase en su aula.
Con elegantes encerrados encastrados en la pared, pupitres anclados al suelo, donde se conservan aún los tinteros y los alfileteros para la costura de las niñas; un portarrollos de donde van saliendo mapas ya poco a poco desvaídos por el tiempo; y con libros, cuadernos y documentos que recuerdan la educación de principios de siglo, esta escuela es parte de la memoria viva del Valle de Mena y Las Merindades. La de Siones destaca entre las habituales escuelas que construían los gobiernos de la época, porque fue un mecenas, Lucas Aguirre, cuyo padre era oriundo del pueblo, quien hizo realidad este inmenso edificio de 440 metros cuadrados distribuido en dos plantas.
En la baja, el aula con el retrato de Lucas Aguirre, en la primera, la vivienda de los maestros, que desgraciadamente y como recuerda Armando Robredo en el libro La enseñanza en el Valle de Mena, pasaron largos periodos de hasta más de diez años sin cobrar su salario por la pésima gestión del testamento del mecenas. Cuando la escuela de Siones dio su primer curso en el año 1901 tuvo matriculados 91 niños. En la actualidad hay 41 personas empadronadas en esta pequeña localidad y apenas niños.
Pero su alcaldesa, Patricia Nuñez, y la vocal que la acompaña, Ana Noval, quieren evitar que el edificio de la escuela siga deteriorándose y, sobre todo, conservar la belleza y la autenticidad del aula, que ya ha servido incluso de escenario para un documental y un cortometraje. En 2007, cuando ocupó el cargo de alcaldesa pedánea, Nuñez comenzó a abrir las puertas del edifico a todos los turistas y vecinos del valle que se lo solicitan. Pero lamentablemente reconoce que en los últimos años el deterioro del edificio ha sido notable, porque las goteras del tejado han acabado afectando al aula y al mobiliario anclado en el suelo. Los últimos temporales de viento también rompieron varios cristales que dejan entrar a los pájaros.
El Ayuntamiento menés, como confirma su alcalde, Armando Robredo, ejecutará este año reparaciones de urgencia que atajen las goteras, pero solo serán reparaciones, porque las obras de mayor envergadura que requiere el edificio «tienen que salir de los presupuestos de la Fundación Benéfico Docente del Valle de Mena», según el regidor.
En este organismo que aglutinó las numerosas fundaciones educativas del Valle de Mena, es necesario renovar a los integrantes de su patronato, donde ahora constan personas ya fallecidas.  La idea del equipo de gobierno es lograr ese cambio en el patronato para «poder enajenar parte del patrimonio de la fundación y con los beneficios que se obtengan reformar y consolidar las escuelas de Villanueva de Mena y de Siones para transformarla en un Museo».
En enero de 2008, el Ayuntamiento menés remitió al Protectorado de Fundaciones de Castilla y León la petición para renovar los integrantes del patronato, donde entrarían a formar parte los alcaldes pedáneos de Siones y Mena, pero aún no ha habido respuesta. El alcalde afirma que desde el equipo de gobierno «vamos a ponernos en contacto con el jefe del servicio de Fundaciones, Ángel García Serrano» para tratar de avanzar. La escuela de Siones lo merece, porque su conservación mantendrá viva la memoria de la educación en la primera mitad del siglo XX.