El consumidor mantiene hábitos de compra pese a la inflación

D. ALMENDRES
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El Banco de España adelanta una nueva subida de unos precios ya desorbitados mientras comerciantes y clientes se adaptan al inestable escenario actual. Los profesionales valoran la fidelidad de los usuarios

Las pescaderías se adaptan a la escalada de los precios y a las circunstancias particulares del sector. - Foto: Jesús J. Matías

El escenario es tan complejo y delicado que el último anuncio del Banco de España ya no coge a nadie desprevenido. Con la inflación situada en máximos históricos alrededor del 15% el organismo advierte que los precios de los alimentos subirán aún más de lo previsto en los próximos meses y ello tendrá un impacto directo en la economía doméstica.

Las medidas de control impulsadas en las últimas semanas por el Gobierno de España apenas han tenido un impacto positivo. Las familias están abocadas a hacer malabares para llenar la cesta de la compra y no queda otro remedio que destinar más recursos a esta cuestión.

Aunque la situación va camino de convertirse en insostenible para los bolsillos de los ciudadanos, los elevados precios aún no han cambiado de una manera contundente los hábitos de los consumidores.
Los establecimientos capean el temporal con resignación y se apoyan en la experiencia para lidiar de la mejor manera posible las circunstancias coyunturales del momento. Los mercados mantienen el tipo en la adversidad y valoran con alivio la presencia de la clientela habitual para aguantar el tirón.

Sin embargo, resulta inevitable que las ventas se resientan de una manera o de otra. «Ya no es solo el problema concreto de la inflación, la situación general afecta», explica Charo, de la Pescadería Ana del Mercado Norte.

Algunos productos como el congrio y, sobre todo, el salmón tienen en este momento unos precios «intocables» con subidas que alcanzan el 30% respecto a su precio habitual. El salmón, además, se ha visto afectado por el impuesto a la exportación implantado por Noruega, como advierte David, de Pescadería Merche.

El día a día sale adelante porque la amplia oferta disponible ofrece alternativas a los consumidores. Los profesionales de los mercados explican que la anchoa, la merluza o el verdel se presentan en este momento como soluciones más económicas. 

Y eso que el efecto postnavideño ha sido el habitual. Actualmente se percibe una tendencia sostenida que tanto los consumidores como los profesionales desean que se rompa de una vez por todas. «Está claro que la situación se refleja en los precios, pero en nuestro sector afectan otros factores como el vaivén del clima», añaden en Pescadería Merche, donde no han notado un cambio de hábitos. «Nuestro producto no es barato, pero sí de calidad y nuestra clientela tiene una economía más desahogada», explica.

Ángel Bujedo, de Pescadería Bujedo, señala que el producto de consumo diario ha estado más caro en enero que en Navidad, pero la ausencia de temporales y las buenas capturas han ayudado a la estabilización. Tanto, que el pescado de captura está «a buen precio» y el de piscifactoría «ha subido». «Hay variedad y es importante que el cliente tenga donde elegir, aunque es verdad que se tiende al precio porque la inflación nos está afectando a todos y gracias a Dios que se mantiene tanto la clientela como las rutinas», señala.

Al final, todo se reduce a números y algunos profesionales destacan que la facturación actual es similar a la del pasado noviembre. En el Mercado Sur, José Burgos recuerda que los precios que repercuten en el cliente apenas sirven para equilibrar toda la inversión previa. «En nuestro caso la facturación es más alta que hace unos meses, pero también los gastos», destaca. 

Esta carnicería tampoco ha notado un brusco cambio de tendencia en el consumo, ya que se despacha la «misma cantidad de carne» a pesar de las subidas generalizadas de los productos en torno al 20% con respecto a hace un año.

Las fruterías tampoco escapan de esta tendencia, aunque el incremento se centra en las verduras. «Las frutas han subido poco después de Navidad, pero el brócoli tuvo un momento que pasó de 2.90 a 4.90 euros y ahora le toca a la alubia verde», explica María Bascones, de La Duendecilla. 

No queda mucha más opción en este momento que adaptarse a lo que toca. «Nosotros recomendamos a los clientes qué productos salen bien o qué pueden aprovechar», añade Bascones.