Pasión por los clásicos

F.L.D. / Sotopalacios
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Sotopalacios acogió una exposición de coches y motos antiguas, una cita en la que decenas de curiosos pudieron ver de cerca automóviles tan singulares como un Citroën 'Tiburón', un Overland-Whippet o un Ferrari Testarrosa

El Overland-Whippet de 1928 era uno de los ejemplares más antiguos de la exposición. - Foto: Valdivielso

Hay coches y motos que parecen reservados solo para el cine. Imposible de olvidar, por ejemplo, la escena de Richard Gere con Julia Roberts en un Lotus Spirit a toda velocidad por las calles de Los Ángeles en Pretty Woman. El Citroën 2cv de Roger Moore interpretando a James Bond. O la Vespa en la que Gregory Peck y Audrey Hepburn pasaban sus Vacaciones en Roma. Algunos de estos clásicos se citaron ayer en Sotopalacios en una exposición de vehículos antiguos, donde coleccionistas y amantes del automóvil pudieron compartir su pasión. 

Uno de los ejemplares más antiguos que ayer desplegó su elegancia frente al castillo de Sotopalacios fue el Overland-Whippet Roadster de 1928. Un vehículo americano que gozó de gran fama en los años previos a la gran depresión. A su lado, lucía flamante el Citroën DS, conocido popularmente como 'Tiburón' por su innovador diseño. El mítico 2cv le escoltaba justo en frente. El dueño había colocado sobre el capó dos caballos de juguete. Mejor forma de rendirle homenaje, imposible. 

La exposición también reunió, como no podía ser de otra manera, a varios Seat, siendo el 600 y el 127 los auténticos referentes, pero también a viejos y no tan viejos Mini Cooper. No obstante, los 'reyes' de la jornada, o al menos los que más curiosos congregaron, fueron los deportivos. 

El recorrido por estas auténticas obras de arte comenzaba con un BMW E32 de 211 caballos que el dueño abrió de par en par. La carrocería y el motor lucían impecables ante los ojos de los amantes de las cuatro ruedas. A su lado, el mítico Ferrari Testarrosa que tan de moda puso la serie Corrupción en Miami. Su dueño, Roberto, reconocía que tras verlo en la pequeña pantalla se obsesionó. Su modelo de 1985 lo compró en el año 2000 a un particular de Barcelona. «Lo tengo de coleccionista porque era mi sueño, pero no lo saco mucho. Es una primera serie». Este amante de los clásicos no se pierde una sola cita. Confesó que tiene unos cuantos, pero no dijo el número. 

En las concentraciones y exposiciones coinciden muchos de estos multipropietarios de obras de arte de este tipo. Álex, que ayer enseñaba orgulloso el Lotus Spirit de 1989, era uno de ellos. «Le compré hace cinco años a su primer propietario. Es nacional. El cambio es duro, como decía Richard Gere. Doy fe», comentaba entre risas. 

En esta hilera, donde también descansaba un MG TF36, había cola para fotografiarse con los coches. La próxima cita, apunten los amantes de los clásicos, será en unas semanas en Cortes.