Los diputados breves

Agencias
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Jorge Rosselló, Maria Josep Picó y Carlos Martínez de Tejeda son los tres parlamentarios que, unos días después de ser elegidos para relevar a los cargos obligados a dejar sus escaños, perdieron su cartera por el adelanto electoral

Papeletas de los candidatos al Congreso y al Senado. - Foto: Europa Press

Cuando el lunes día 29 de mayo, el presidente del Gobierno adelantó las elecciones generales fue una sorpresa para todo el mundo. Un anuncio que vivieron de manera muy particular los últimos diputados en incorporarse al Congreso, quienes fueron parlamentarios apenas unos días y ahora apechugan con las chanzas de haber tenido una presencia parlamentaria tan breve.

En las semanas previas al 28-M, varios cargos dejaron su escaño por figurar en las listas a los comicios autonómicos y fueron sustituidos por otros que juraron o prometieron sin saber que la legislatura estaba a punto de terminar para ellos abruptamente.

Tres de «los breves», como jocosamente son conocidos ahora, reconocieron que su estupor fue mayúsculo y que se llevaron un gran chasco por dejar en el limbo las iniciativas que preparaban, al igual que coinciden en destacar el honor de ser ya siempre exdiputados... aunque durase tan poco.

Jorge Rosselló, ibicenco, de 46 años, solo tuvo tiempo de asistir a «un pleno y medio» y una comisión desde que se convirtió en el primer diputado por Baleares que ha tenido Izquierda Unida en su historia, al encargarse de sustituir a Antonia Jover, de Podemos.

Había preparado con mucho esmero, la que iba a ser su primera intervención, el miércoles en la Comisión de Industria, y fue el lunes por la mañana a hacer pilates al gimnasio en Ibiza antes de volar a Madrid, sin el móvil.

«Papá, que ya no eres diputado», le dijo al volver a casa su hijo, que estaba estudiando para Selectividad y se había enterado de que el presidente del Gobierno había anunciado la disolución de las Cortes.

«Ya no eres excelentísimo, ya te podemos canear», cuenta Rosselló, que se guasea su hijo, y no es el único. «En IU de Ibiza directamente ya me llaman Jorge el Breve y ha habido cachondeo, pero me gusta el cachondeo de este tipo, porque así las penas se pasan mejor».

Le pesa sobre todo por las «muchas cosas en el tintero» que deja, como preguntas parlamentarias y proposiciones no de ley que ya tenía redactadas. «Caray, que he llegado por una vez a ser diputado y llega el presidente y dice que nanay, que no haces nada más», describe con «frustración», ya que además ve difícil repetir.

El día 12 se reincorporó a su trabajo como técnico de prevención de riesgos laborales y recuerda que el lunes una de las primeras llamadas fue de su jefa, para decirle con sorna: «Ya vuelves acá, ¿no?»

«Superinteresante ha sido conocer «cómo funciona por dentro el sistema» parlamentario, asegura, y le parece «triste» que «la gente solo comente el debate de los miércoles por la mañana» entre los líderes, cuando hay «muchísimas reuniones con colectivos», con letrados y entre los diputados en las comisiones, en las que «el tono es muy distinto al que se ve en el Pleno». «Lo pondré en el LinkedIn», bromea, al menos, Rosselló sobre su breve lapso en la Cámara.

«Impresiona el poder»

Otra diputada breve es Maria Josep Picó, saguntina, de 50 años, periodista especializada en medioambiente y profesora universitaria, quien en 2019 entró como independiente en la lista de Compromís por Valencia para sustituir al histórico parlamentario Joan Baldoví.

Fue la última en llegar al Congreso, pero no la última en irse, pues como miembro de la Diputación Permanente mantiene el acta hasta que el 17 de agosto empiece la nueva legislatura.

Agradece a Compromís que le permitiera vivirlo como foránea, pero no piensa entrar en política, más allá de estas semanas.

El día 29 estaba al teléfono con su padre, quien lamentaba que con su recién estrenado trabajo como diputada se complicaban tareas familiares, como preparar la fiesta de cumple de su nieta. Entonces, leyó «un wasap» sobre el adelanto electoral, se quedó «ipsofactada» y contestó a su padre: «Hala, pues ya está, ya no va a ser tan complicado».

Un día después iba a estrenarse con una intervención preparada «con ilusión» sobre el plan nacional de cuidados, que decayó, al igual que las preguntas al Gobierno que tuvo tiempo de registrar, sobre sostenibilidad de playas valencianas e inversiones en el castillo de Sagunto.

Solo asistió a un pleno, y ese día votó. «Es sorprendente el poder que se tiene, impresiona mucho, sabes que ahí se dirige nuestro presente y nuestro futuro», atestigua.

Por eso, «sobre todo por la gran responsabilidad» que vivió en el hemiciclo, define como «fugaz, intensa e interesante» su experiencia.

El «honor» de haber sustituido a la líder del PP balear, Marga Prohens, le quedará siempre a Carlos Martínez de Tejada, aunque solo pudiera acudir a «un par de plenos» y una comisión. El ya exdiputado, venezolano hijo de emigrantes, confiesa «la emoción muy grande de poder representar a los ciudadanos de España y Baleares» que le invadió desde su escaño.

«Me pilló completamente por sorpresa, pensé que estaría seis meses y podría hacer cosas», confiesa sobre el anuncio de Sánchez, del que se enteró cuando visitaba a sus excompañeros en el Ayuntamiento de Llucmajor, del que fue arquitecto municipal los últimos tres años.

Uno de ellos le dio la noticia y él lo tomó con humor. «El que hace las bromas fundamentalmente soy yo, digo que soy Carlos el Breve», añade, apuntando que no le importaría repetir como diputado del PP.