Ebrovisión crece con nuevo formato y ya vende abonos de 2024

ARSENIO BESGA / Miranda
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La organización destaca que el festival ha tenido «más afluencia por las noches» que en años previos y hace «un balance muy positivo», pese a las «complicaciones» por culpa de la meteorología adversa en Miranda

Actuación de León Benavente en el escenario principal de Ebrovisión. - Foto: Alberto Rodrigo

Después de cuatro jornadas muy intensas, Ebrovisión ha terminado. Los conciertos de Tiburona y Reme que se trasladaron a la Fábrica de Tornillos por culpa de la lluvia pusieron el broche final al festival mirandés, que, según sostienen desde la organización, ha conseguido crecer con su renovado formato. El portavoz de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, Ramiro Molinero, explica que «ha sido el año en el que más afluencia ha habido en el recinto por las noches y la gente estaba encantada». Parece que lleva razón en lo relativo a la satisfacción del público con el cambio de recintos, puesto que en apenas un día ya habían logrado convencer a más de medio millar de personas de cara a 2024 para que compren sus respectivos abonos. 

Eso sí, en la organización ha quedado un sabor de boca agridulce. Por un lado, han observado «una respuesta increíble» de los ebrovisivos, pero, por otra parte, han sufrido «una semana complicada» por culpa de la meteorología adversa que ha obligado a trasladar varias actuaciones que estaban programadas al aire libre. Sobre ello, Molinero apunta que «es una pena que no se haya podido disfrutar de nuevas ubicaciones, como el Castillo», aunque al mismo tiempo cree que «por suerte se han salvado todos los conciertos y la música no ha parado de sonar, que era lo importante». Con todo ello, el portavoz del colectivo organizador asegura que hacen «un balance muy positivo» de la edición número 21 del festival.

Según cuenta, dentro de la asociación había quienes, desde un principio, «eran reticentes a salir al aire libre, porque es el norte y, aunque llevaba años sin llover en estas fechas, podía ocurrir». Sin embargo, Molinero se queda con la parte positiva y remarca que han abogado por la «valentía», algo clave para «el futuro del festival». En este sentido, considera que el traslado del recinto principal desde el Multifuncional de Bayas al Polideportivo de Anduva y la ampliación de espacios con actividades gratuitas han servido para que el evento dé «un salto» y deje de encontrarse tan «limitado» como antaño.

Aunque el vendaval musical acaba de concluir, la organización ya está pensando en el próximo curso y, según parece, seguirán siendo valientes. Ahora bien, el propio Molinero comenta que la experiencia de este fin de semana les «ha servido para aprender e igual hay algún cambio en la programación» durante 2024. El portavoz adelanta que, por ejemplo, quizás varíen «de días algunas ubicaciones, pero manteniendo los sitios» que se acaban de estrenar como puntos neurálgicos del nuevo formato. 

Entre esos espacios seguirá estando el río Ebro, en el que pretendían colocar una plataforma flotante para abrir el festival, pero la Confederación Hidrográfica no les concedió los permisos. Molinero recalca que «se va insistir hasta que se consiga» llevar a cabo esa iniciativa. Es más, apunta que van a «trabajar desde ya con las administraciones para ello».

Un poco menos de esfuerzo les costará escoger a los grupos, pues entre los miembros del colectivo acumulan cultural musical a raudales. Por ahora, ya han dado a conocer la presencia en 2024 de Arde Bogotá y Se Ha Perdido Un Niño, y Molinero adelanta que «en un par de meses o antes de Navidad seguro que hay más confirmaciones». 

El portavoz todavía deja en el aire qué nombres se unirán a esas bandas, aunque sí aclara que mantendrán «la línea artística tan definida que caracteriza a Ebrovisión». El objetivo, por tanto, será «juntar cosas conocidas con otras que la gente debe conocer y disfrutar». Y es que en la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo opinan que «la esencia no se puede perder» porque, además, los nuevos estilos que han ido sumando permiten que el evento ofrezca «un hueco para todo el mundo». Tanto espectadores, como artistas.