La Fundación del Patrimonio desiste en su intento de restaurar el castillo

N.L.V. / Torregalindo
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No se ha logrado respaldo económico ni siquiera para hacer frente al gasto generado por los estudios previos, unos 80.000 euros, el 10% del montante total previsto para la intervención

Elevado sobre un cerro, del castillo se aprecia su muralla exterior y cada una de las tores que tuvo a cada lado. - Foto: diariodeburgos.es

Durante los últimos seis años, la restauración de los restos del castillo de Torregalindo ha formado parte de todos los listados de proyectos que tenía pendiente ejecutar la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. Sin embargo, los vecinos de esta localidad ribereña tendrán que esperar a mejores momentos para ver consolidada su principal seña de identidad. Esta entidad sin ánimo de lucro, constituida por las seis cajas de ahorros de la comunidad y la propia Junta de Castilla y León para velar, precisamente, por la conservación del rico bagaje cultural y patrimonial de la región, finalmente ha desistido de llevar a cabo esta actuación ante las dificultades encontradas para poder ejecutarla.

Una vez más parece que la omnipresente crisis pudiera estar detrás de esta decisión. Y es que a la hora de adoptarla ha pesado de manera determinante las dificultades para encontrar financiación para llevar a cabo este ambicioso proyecto. Apesar de los esfuerzos realizados y los numerosos contactos emprendidos de cara a encontrar posibles mecenas que sufragaran la actuación, no se ha logrado colaboración ni tan siquiera para hacer frente a los estudios previos a la intervención. «Se ha estado mucho tiempo trabajando junto al Ayuntamiento, que es el propietario del castillo, y el grupo de acción local de la comarca para  ver si al menos se podían financiar los estudios previos que hay que hacer para poder plantear un proyecto de restauración posterior y no fue posible financiarlos», explicaron fuentes de la Fundación del Patrimonio.

Valorados en alrededor de 80.000 euros, alrededor del diez por ciento del presupuesto total de la rehabilitación, valorada inicialmente en cerca de 800.000 euros, este análisis preliminar era ya de por sí muy ambicioso, ya que contemplaba investigaciones arqueológicas, geotécnicas y estructurales, entre otros ámbitos. Además, su elaboración se considera imprescindible para la redacción posterior del proyecto que, a su vez, es totalmente necesario para poder recurrir a otras instancias en busca de fondos, como el uno por ciento cultural del Ministerio de Fomento. «Así que, al final no se pudo. Lo hemos descartado», insistieron desde la Fundación.

Desde la entidad cultural se insiste en que se ha estado trabajando en intentar obtener fondos para la intervención durante muchos años. Por ello, consideran que la extraña situación que se ha vivido en el Ayuntamiento de Torregalindo, que tras las elecciones municipales de mayo de 2011 no se constituyó al no tomar posesión los integrantes de la única lista que concurrió a la cita con las urnas y hubo que esperar al nombramiento de una gestora, no ha tenido un peso importante en este mal desenlace. «No es algo que se haya hecho solo en un año. El proceso puntual de unas elecciones  ha podido influir en que a lo mejor en ese momento tuvieron que pararse las conversaciones y reanudarse después. Pero contactos hubo antes y después y lo que influyó es que no había dinero», subrayan.

ES POSIBLE RETOMARLO. El desestimiento actual del proyecto en ningún caso implica que no pueda retomarse en un momento dado, señalan desde la Fundación. De hecho, puntualizan que la maquinaria para llevar a cabo la restauración se puso en marcha cuando el propio Consistorio ribereño solicitó su intervención y en caso de que se encontrara financiación pudiera llegar a retomarse.

La fortaleza de Torregalindo es una más de las muchas que se encuentran diseminadas por toda la comarca, y de las que también son un ejemplo importante la de Coruña del Conde, Peñaranda de Duero o la cercana Aza. Su origen parece remontarse al menos hasta el siglo X, cuando fue construida para formar parte de la línea defensiva del Riaza durante la reconquista. Situada sobre un cerro y con forma de navío, se aprecia todavía una torre triangular que previsiblemente fue la del homenaje. Siguiendo sus restos es posible identificar la muralla exterior y el patio de armas. Además, también se aprecia una segunda torre, cuya edificación probablemente se produjera en torno al siglo XV. Entre las diversas obras exteriores que aún se conservan, está un aljibe.