Lo bueno que tienen los desayunos deportivos a diferencia de los políticos es que comienzan a las 10 de la mañana en vez de a las nueve. En una España infectada por los casos de corrupción, quise tomarle el pulso al sector del fútbol para ver si es una extrapolación de lo que ocurre en nuestra querida piel de toro. Para ello, acudo a la llamada de Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP, que algún malvado califica como Liga Florentino Pérez) a escuchar las propuestas de limpieza que plantea. Difícil es no hacerlo, pues don Javier no habla, sino vocifera, y lo hace en calidad de presidente de la patronal del fútbol, tal y como lo refleja el Consejo Superior de Deportes (CSD). Por este motivo, y porque nació en Costa Rica, aclara: ejerzo de español allá donde voy y ya he afirmado que en la Liga española (la mejor del mundo preguntes a quien preguntes) solo juegan equipos nacionales y, Andorra si la dejan. Si Cataluña se separase sus equipos no jugarían aquí, a menos que se cambiara la Ley del CSD.

Para aquellos a los que la política ya les aburre, vamos a centrarnos en el resto de su discurso. Afirmó Javier Tebas que se ha acabado aquello del todo vale en el fútbol y, para convencernos, nos estuvo mostrando un powerpoint muy bonito con datos sobre la transparencia, lo que han bajado las deudas de los clubes y los retos que tienen por delante. Tebas, que según el ABC falso que diría Ansón es muy dado a la exageración, tiene una demanda judicial de la dirección general de recaudación por decir que Hacienda (la directora de esta área se llama Soledad García) quiere acabar con los clubes de fútbol pues no les da las mismas facilidades de pago que a otro tipo de empresas. Siempre se ha dicho que el fútbol en España es un fenómeno de masas y algo más que un deporte, pero nunca entendí cómo podía Hacienda ahogar a todo el mundo salvo a aquellos gestores del balompié que debían casi 700 millones de euros.

Parece que los presidentes se han tomado este asunto en serio y para 2019 esta deuda conjunta, excepción hecha de Real Madrid y Barça, que están en otra galaxia, podría situarse en unos modestos 80 millones. Todos, en mayor o menor medida, están en este esfuerzo, pero, como apuntaba micro en mano José Miguel Garrido, presidente del Albacete, las dificultades para los pequeños son a veces insalvables. Algo con lo que está muy de acuerdo, viendo cómo meneaba la cabeza, Carlos Suárez, presidente del Real Valladolid.

Lendoiro es muy feliz desde que no preside ningún club. - Foto: JUAN LÁZARO Parece ser que los chicos de Montoro se van reuniendo con todos los presidentes de la Liga para estudiar sus balances y hacer planes de pago llevaderos y compromisos ciertos de no endeudarse por encima de sus posibilidades. Mira, igual que el resto de los mortales.

Por cierto, en estos días de Halloween y de difuntos hay que decir que la corrupción es otro mal endémico también del fútbol y se pregunta Tebas si la sociedad está preparada para ver entrar futbolistas corrutos (que diría Pepiño Blanco) en cárceles cuyos nombres conocemos, pues salen todos los días en el Telediario. Hay una denuncia por el partido Levante-Zaragoza con muchos visos de que los maletines hayan corrido más que la pólvora en Valencia. Una sospecha que no es de ahora precisamente. Por ello, desde la LFP se comprometen a formar a los alevines a que no hay que dejarse comprar, que los árbitros no se venden y se vigilarán casas de apuestas y sospechas fundadas sobre actuaciones que pueden desvirtuar el fair play exigido.

Para estas cuestiones, ayudaría mucho que se pudiera incrementar el número de espectadores en visión por pago, como ocurre en el resto del mundo y que no se facilitaran los resúmenes de los partidos a los precios a los que ahora se ofrecen y que solo benefician a los grandes. Así, al tener los equipos más pequeños algo más de dinerito no les daría por hacer cosas raras, se entendía de sus palabras.

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