Aunque el estado de la masa forestal de la ciudad es «francamente bueno», la UTE Jardines Burgos extremará la vigilancia en las choperas situadas junto a los cauces de los ríos Arlanzón y Vena. El hecho de que los chopos tengan un crecimiento rápido y que su madera sea frágil hace que sea más necesario un mayor control, según aseguró Alejandro Delgado, técnico resistógrafo de la empresa, que añadió que también se ha aumentado el seguimiento en el paseo de la Quinta. 

Durante la mañana de ayer la empresa procedió a realizar una prueba de resitencia en un platanero del parque de la Isla para determinar su grado de pudrición y oquedades, tras detectarse unos hongos en el mismo. La actuación se llevó a cabo por precaución debido a que está situado junto a un parque infantil. Para ello, se empleó un resistógrafo, que mide la resistencia a la penetración en la madera de una broca de 1,5 milímetros e interpreta los datos obtenidos para la valoración del estado del ejemplar en cuestión.

Una vez conocidos los datos, según señaló el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, se determinará cómo actuar con el ejemplar mientras se valora instalar un sistema de sustentación aérea. Niño aseguró que el hecho de poseer una gran masa forestal se traduce en «mayor mantenimiento y mayor riesgo», de ahí «la importancia de estas actuaciones».