La potencia del Zurbarán Rock

I.L.H. / Burgos
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Con 18 bandas, dos más que el año pasado, el festival de julio en Burgos se consolida como un «evento único con grupos difíciles de ver, para descubrir, veteranos desconocidos en España y emergentes»

De izquierda a derecha: Israel Hernando, Laura Sagredo, Keeper y Carlos Medrano, cuatro de los miembros del equipo organizativo del festival heavy. - Foto: Jesús J. Matías

Con el anuncio de los españoles Lépoka, que añaden gaitas y violines al rock más festivo, y el hard rock melódico de los finlandeses Temple Balls, ya son siete las bandas confirmadas para el festival que tendrá lugar los días 12 y 13 de julio en el parque de San Agustín. Aún quedan por conocer otros once grupos, ya que en esta séptima edición del Zurbarán Rock serán 18, dos nombres más que el año pasado: «Empezaremos un poco antes el viernes y añadiremos un grupo ese día en el escenario Diario de Burgos y otro más el sábado en el escenario Valdorrock. Tenemos una altísima demanda de grupos que quieren acudir, lo que pasa es que a menudo nos llaman bandas que están por encima de nuestras posibilidades aunque no sean cabezas de cartel. Podríamos hacer un festival solo con lo que nos ofrecen. Aunque no eso y tampoco tenemos pasta», destacan desde la organización. 

El festival se sufraga con las actividades que realizan desde la asociación Metal Castellae y la peña Blusas del Metal, y el Ayuntamiento colabora aportando la parte técnica. «Entendemos que tiene que ser así. No queremos un proyecto que viva al albur del dinero público. No creemos en ellos porque nos parecen eventos profesionales camuflados. Y porque tampoco nos gusta cómo y cuándo paga la administración», sentencian. «Al final el festival funciona porque lo que hemos quitado es la parte de beneficios. Hay una reversión total: todos los proyectos que hacemos confluyen en Zurbarán Rock».
Con esa filosofía han conseguido consolidarse como un «evento único». «La mayoría de los grupos que acuden no están de gira. Tratamos de traer aquellas bandas que el público tiene dificultades para ver, queremos que descubra nuevas cosas, dar oportunidades a bandas emergentes y contar con bandas veteranas desconocidas que no han tocado en España». El ejemplo de este último caso es Nightmare, pioneros del heavy metal francés que no han actuado por estos lares. 

Otro de los objetivos es crear público y   encontrar cierta renovación entre los más jóvenes. «Cuanto más crece el festival, más evidente se hace aunque sigue siendo un público mayoritariamente maduro. Pero es un hecho contrastado que estamos en el buen camino por los comentarios que nos llegan. Muchos nos dicen que, a raíz del Zurbarán, se declaran heavys». A nivel musical han conseguido dar otra lección, dado que cada vez son más los grupos que participan en la cita de Las Candelas. Para la edición de hace menos de un mes se inscribieron 17 bandas locales.

«Hay que hacer cosas distintas que generen interés. El modelo del Sonorama triunfa en Aranda, pero no hay cabida para otro aquí. Una ciudad como la nuestra tiene que buscar cosas bien hechas pero diferentes. El Zurbarán Rock tiene un cartel que en muchas ciudades la gente pagaría una buena entrada para verlo», resumen recordando los grupos ya confirmados: Lépoka, Temple Balls y Nightmare, Dark Embrace y los burgaleses Mortsubite, y los dos cabezas de cartel Sonata Arctica y Ronni Atakins.