«Terriblemente ruidoso. Hasta las 5 de la mañana, imposible descansar». «Las habitaciones son cómodas pero muy ruidosas». «Tiene debajo un bar de copas y no está insonorizado. No puedes dormir». «No pegamos ojo en las dos noches que pasamos»... Son algunos de los comentarios de los clientes que se han alojado en el hotel Cuéntame La Puebla en las redes sociales o las plataformas de reserva.

Su responsable, Marcos Corada, reconoce abiertamente que hay habitaciones en las que no pueden alojar a nadie en fin de semana. «El problema es el ruido de los establecimientos de ocio. Yo he intentado hacer mediciones y dar justo el límite. Además, no respetan horarios y dejan todo sucio», afirmó.

Ha presentado escritos en el Ayuntamiento y la Policía Local ha acudido en numerosas ocasiones a realizar mediciones. «Vienen y, como les ven, bajan el volumen». 

La misma situación está sufriendo Loli Arauzo, que regenta la pensión Peña a unos metros del hotel. Acumula una enorme carpeta con las quejas de clientes que se han alojado ahí. Y eso a pesar de que hizo una importante reforma en las instalaciones e instaló ventanas con doble acristalamiento. Recuerda que hace un año devolvió el dinero a un grupo de opositoras que se alojaron en la pensión y no pudieron dormir la noche anterior al examen. «A pesar de la doble ventana entra el ruido», aseguró. 

Estos empresarios reconocen que el boca a boca hace que los negocios se resientan y la peor queja que se puede hacer a un alojamiento es que haya problemas con el ruido y los clientes no descansen, de ahí que exijan al Ayuntamiento una solución para que la diversión no impida el descanso.