El mecanismo de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo sirvió para evitar un descalabro laboral en España tras el estallido de la pandemia. Miles de burgaleses se vieron incluidos dentro de un ERTE con la intención de paliar los estragos económicos que provocó la covid-19 en el seno de muchas compañías. Sin embargo, en 2021 el número de trabajadores incluidos dentro de un proceso de despido colectivo se disparó hasta alcanzar los 468.

Este número se desplomó el año pasado como consecuencia de los buenos síntomas que mostró el mercado laboral. En concreto, y tal como recoge el Ministerio de Trabajo y Economía Social, en la provincia se notificaron 'solo' 77 empleados inmersos en un despido colectivo. La cifra es la más baja desde 2015, en plena recuperación poscrisis financiera, cuando se registraron 54.

La mayoría fueron mujeres, 45, frente a los 32 hombres. Esta proporción entre sexos viró en comparación con el 2021, cuando la mayoría fueron varones, 259, frente a las 209 féminas. A nivel regional, enCastilla y León los trabajadores inmersos en un proceso de despido colectivo pasaron de 1.818 en 2021 a los 581 del pasado curso. En el conjunto del territorio nacional, el Ministerio apunta que el descenso es también notable: si hace dos años fueron 43.662, el anterior terminó con 24.215. Hay excepciones como la de Cantabria, donde los despidos colectivos aumentaron de 129 a 163, Extremadura (de 115 a 204) y especialmente País Vasco (de 1.50 a 5.097).

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