Tecnología al cuidado de los cuidadores

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La segunda jornada de Fitecu sirve para presentar un prototipo de exoesqueleto que ayuda a cargar con peso para reducir lesiones, así como varios proyectos para romper la brecha digital

Demostración tecnológica de uno de los productos presentados en la Feria por la empresa Gogoa. - Foto: JL Leal (Ical)

Durante muchos años, el sector de los cuidados se ha centrado en mejorar la calidad de vida de las personas mayores o con discapacidad a través de la asistencia personal y, más recientemente, con el apoyo de las nuevas tecnologías. Sin embargo, y como se está poniendo de manifiesto tanto en las conferencias como en las mesas de reflexión de la primera Feria Internacional de Innovación y Tecnología al Servicio de los Cuidados (Fitecu), los cuidadores también necesitan de apoyos debido a la carga física y psicológica de su labor, que les mantiene en alerta, en ocasiones, durante 24 horas al día y siete días a la semana.  Para eliminar ambas cargas, la cita organizada por la Junta y el clúster SIVI en la localidad zamorana de Villardeciervos asistió este jueves y viernes a dos iniciativas centradas en disminuir la presión hacia los cuidadores en ambas vertientes. Por un lado, la 'startup' Gogoa, radicada en el País Vasco, presentó un exoesqueleto pensado específicamente para los cuidadores. Esta tecnología, que dieron a conocer en el Show Lab Point de la Feria dos de los socios fundadores de la 'startup', Juantxo Martín y Javi Fínez, permite, a través de «solo elementos textiles» y tecnología aplicada a los mismos, levantar cargas pesadas que, en el día a día de los cuidadores, supone un riesgo de sufrir lesiones cervicales y lumbares.

Unas lesiones que, apuntaron ambos socios, son la principal causa de las bajas laborales en España, y que en el caso de la atención y los cuidados en el medio rural, supone un importante hándicap al no poder cancelarse estas labores en ningún momento para no interrumpir el bienestar de los usuarios. De ahí la importancia de este exoesqueleto, que reduce hasta en un 40 por ciento el esfuerzo de la zona lumbar con una tecnología «mínimamente invasiva, ajustable y barata». No obstante, no fue el único prototipo presentado por la compañía, que para ayudar en la recuperación de pacientes, también desarrollaron un exoesqueleto para resolver problemas de movilidad y ayudar en los procesos de rehabilitación.

«El avance tecnológico no les deja atrás». Bajo ese mismo 'leitmotiv', Junta y SIVI desarrollan, dentro del programa de Viviendas en Red, diferentes mejoras tecnológicas en las casas que, además de posibilitar que las personas mayores y con discapacidad puedan mantenerse en sus entornos habituales de vida, también facilitan la vida de los cuidadores, dotándoles de una mayor independencia y un menor estrés, causa del desgaste psicológico del sector de los cuidados. Esas mejoras las pudieron observar los más de 300 asistentes a Fitecu con las conexiones diarias que se realizan en vivo desde diferentes viviendas adheridas a este programa, informa Ical. 

Superar la barrera

La brecha en el acceso de las personas mayores a las nuevas tecnologías cuenta, entre otros muchos, con la desconfianza de los primeros hacia las segundas como factor. Y aunque los especialistas reconocen excepciones sorprendentes y positivas que no terminan de confirmar la regla, lo cierto es que en el imaginario colectivo está instalada la idea de que a nuestros mayores les cuesta fiarse de lo que la innovación a través de las nuevas tecnologías puede mejorar en su calidad de vida. Por ello, varias de las propuestas presentadas van encaminadas a reducir esa brecha.

Ese es al menos el objetivo con el que parte el proyecto Cotesa que el Grupo TECOPI. Y es que, tal y como explica la directora gerente de 'En Clave Formación', Lorena Olmo, perteneciente al grupo, «damos la vuelta al concepto» por el que las personas mayores «normalmente se encuentran alejadas del mundo de la tecnología» tratando de «acercar la realidad virtual a este colectivo» mediante un dispositivo 3D que, situado en la cabeza y sobre los ojos del usuario, le introduce en un supermercado virtual para «practicar actividades de entrenamiento cognitivo» en una realidad reconocible: hacer la compra.

Otro dispositivo formado por un casco con gafas virtuales y controladores manuales, es el que desarrolla la Fundación Intras bajo el nombre Gradior multisensorial. Se trata de una aplicación basada en tecnologías de realidad sensorial que trabaja «el bienestar y la regulación emocional y conductual desde el punto de vista psicoafectivo».