Tras varias reuniones en las que los taxistas habían colaborado con el Ayuntamiento para tratar de consensuar el futuro reglamento que regulará este servicio público, los profesionales del sector no se esperaban que en el último momento, y sin haber mediado una discusión al respecto, el Consistorio capitalino apareciera con una modificación en uno de los puntos más sensible del documento y dejara constancia, por la vía de los hechos, de que mantendrá la decisión de otorgarse la potestad de poder elevar de 186 a 204 el número de licencias.

Al conocer la información publicada por este periódico, las asociaciones de taxistas pidieron acudir al consejo extraordinario del Servicio Municipalizado de Movilidad y Transportes (Smyt) y antes de que se procediera a votar la aprobación del reglamento (se salieron en ese momento) quisieron poner sobre la mesa argumentos para que el Ayuntamiento rectificara su decisión o, al menos, se abriera a negociar.

El esfuerzo resultó baldío, ya que todos los grupos políticos, por unanimidad, se mantuvieron en la idea de cambiar la ratio de licencias para que en lugar de que pueda haber una por cada mil habitantes, pueda habilitarse una por cada 850. Dicho de otra manera, se reserva la posibilidad de que, en algún momento, pueda haber en la calle 18 vehículos más que en la actualidad.

El presidente de la Asociación Burgalesa del Taxi (Abutaxi), José María Alegre, opta por la prudencia, si bien califica de cuanto menos «sorprendente» que el Ayuntamiento se haya descolgado en el último momento con un cambio de este calado. Y no termina de comprender, al menos por lo que ellos conocen, que la decisión se haya adoptado «sin un informe técnico» que argumente por qué se amplía la ratio a 850 y no a 875, 900, 950... Dicho de otra manera, parece que se ha puesto esa cifra sin un estudio que lo avale y el sector apuesta por un entendimiento en el que las dos partes cedan.

La prudencia de Abutaxi obedece también a que se entiende que un debate de este tipo podría exceder de las competencias de las asociaciones por ser un problema que afecta a la totalidad de los taxistas pero de manera individual. Y quizá también se debe a que la última palabra no está todavía dicha, ya que el reglamento tiene aún que ser aprobado por la Junta de Gobierno y por el Pleno. Y será ahí cuando se abrirá un periodo de alegaciones, donde el sector podría tratar de buscar un cambio de criterio o intentar que el Ayuntamiento levante la mano.

Lo cierto es que por parte de los corporativos se explicó a las asociaciones que el hecho de que el Ayuntamiento se conceda a sí mismo la posibilidad de incrementar el número de licencias no quiere decir que vaya a llegar hasta el máximo ni que vaya a aumentarlas en el corto plazo. Pero esa explicación no termina de convencer al sector.  ¿Por qué modificar este punto del documento si no hay intención de hacer nada al respecto?

El incremento de licencias hará que haya más vehículos pero que la tarta se tenga que dividir entre más profesionales.