Pinilla Trasmonte y su tesoro celtibérico oculto

L.N. / Pinilla Trasmonte
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La tercera campaña de excavaciones, que concluyó este viernes, saca a la luz vestigios de que en el castro Alto de San Pedro sus habitantes trabajaron el bronce y el hierro

Restos del taller metalúrgico que han aflorado en la campaña de excavaciones que concluyó ayer. - Foto: Roger Roque

La tercera campaña de excavaciones en el castro Alto de San Pedro, ubicado en la localidad ribereña de Pinilla Trasmonte, concluyó este viernes con un hallazgo de relevancia: los restos de un taller metalúrgico que data de la época celtibérica. 

Según explica su codirector, Ignacio Ruiz Vélez, junto con Jesús García Sánchez, del Instituto de Arqueología de Mérida, al ampliar la zona de excavación respecto al año pasado han encontrado «una gran cantidad de escorias de hierro», cerca del patio y de un par de habitaciones que ya habían sacado a la luz. «Creemos que será un horno», apunta Ruiz Vélez, al tiempo que subraya que los habitantes de este castro podían traer el mineral de las cercanas Sierra de la Demanda o de la Sierra de Cervera. No obstante, por ahora no ha aparecido el manteado de barro que los celtíberos solían poner en el interior de los hornos para conservar el calor. «Sí que ha aflorado el círculo de piedras y una mancha muy negra, que es carbón vegetal quemado», detalla el historiador de la Institución Fernán González. 

Muy cerca, el geólogo Julián Cuesta, autor de un libro sobre las ferrerías en el Valle de Mena, remarca que además del hierro han hallado restos que les permiten concluir que en esta zona se trabajó el bronce. «Han aparecido unas tortas de escoria que tienen forma de casco. Esto es lo que quedaba en el fondo de los hornos de reducción de hierro», afirma, para después agregar: «Respecto al bronce, la forma de obtenerlo era distinta. No era en horno sino en unas vasijas porque necesita un aporte de calor inferior». Pues bien, también han descubierto el fragmento de una vasija con escorias de cobre. «Por eso sabemos que trabajaban los dos metales», apunta. Después, con el hierro se elaboraban armas como espadas y útiles domésticos, sobre todo herramientas. Mientras, el bronce se usaba mayoritariamente para objetos de adorno, figuras, broches de cinturón o agujas. 

Por su parte, García Sánchez destaca que estas excavaciones se desarrollan en un lugar que «corresponde a la cultura celtibérica y que puede tener bastante relevancia a la hora de entender la evolución de la Edad del Hierro dentro de la comarca, en los valles del Duero y del Arlanza». Así las cosas, su idea pasa por desarrollar sucesivas campañas, para así conocer mejor la organización interna y social de estas sociedades de la Edad del Hierro y cómo respondieron al avance del mundo romano. 

En esta campaña, financiada por el Ayuntamiento de Pinilla y la Diputación de Burgos, han participado una decena de investigadores más voluntarios de varios pueblos.