La dirección de la multinacional Lear Corporation ha confirmado en los últimos días a los comités de empresa de Ardasa y Ara que ha presentado «la mejor oferta posible», en palabras de los sindicatos, para optar al contrato para seguir fabricando en Burgos los asientos de la furgoneta Vito de Mercedes de combustión hasta el año 2030, cinco años más de los inicialmente previstos. Si se consigue este contrato, todavía pendiente de adjudicación, se podría garantizar la carga de trabajo de estas dos factorías y de sus 400 empleos (más otros 80 puestos de proveedores locales) hasta final de la actual década, ganando así tiempo para buscar otros encargos centrados en los nuevos vehículos eléctricos que entren en fabricación a lo largo de los próximos años.  

La prórroga de la vida comercial de la Vito convencional (con nuevos asientos adaptados a una nueva regulación) ha supuesto, de entrada, un alivio y una buena noticia para los trabajadores de ambas plantas, dado que la furgoneta mediana de Mercedes ha si el principal cliente de estas fábricas en los últimos años, aunque con muchos matices.

En primer lugar, todo queda a expensas de que Mercedes siga trabajando con las plantas burgalesas que han venido fabricando la segunda y tercera fila de los asientos de su furgoneta para la fábrica de Vitoria. Por el momento, se desconoce cuándo dará a conocer la multinacional alemana el adjudicatario de estos trabajos o si condiciona su aceptación a que Lear ajuste sus condiciones económicas.

En segundo lugar, la fabricación de la furgoneta de motores convencionales convivirá hasta 2030 con la eléctrica, que empezará a ensamblarse en enero de 2026 y cuyos asientos, a los que optó Lear, ya están en manos de otras empresas competidoras.

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