El objetivo final es que el nuevo sensor pueda llegar a comercializarse y emplearse en la práctica, si bien sus mentores no se aventuran a dar plazos, como siempre ocurre en investigación. Por el momento, lo que sí que han hecho es iniciar a través de la OTRI la solicitud de proteger la invención mediante una patente internacional, ya que tiene aplicación en el territorio nacional y fuera de él.